5.- Tengo derecho a cometer errores y responsabilizarme
por ellos.
Cometo errores como todo el mundo y soy responsable de
ellos. Cometer errores es una cosa natural, por ello no me siento culpable, ya
que en los errores no hay mala intención. Acepto los errores cometidos por
otros, sin buscar culpabilidad alguna.
6.- Tengo derecho a ser independiente de la buena voluntad
de los demás.
Para hacer algo no es necesario que cuente con la buena
voluntad de los otros. No creo que mis logros dependan de la buena voluntad de
otras personas, sino de mi capacidad para crear o hacer cosas. Esto no impide
que acepte la ayuda bien intencionada o que la ofrezca a otras personas.
7.- Tengo derecho a decir: “no lo se”.
Decir: “no lo se”, ya no crea en mí la sensación de
ignorancia o de irresponsabilidad. Se que no puedo tener todas las respuestas
ni exigir a nadie que las tenga. Todos tenemos derecho a decir: “no lo se” sin
que por ello se rebajen o se limiten las expectativas de nuestras acciones.
8.- Tengo derecho a ser tratado con respeto y dignidad.
Todos los seres humanos tenemos derecho a ser tratados
dignamente y de manera respetuosa, independientemente de la raza, el color de
la piel, la religión o la cultura. Soy comprensivo con los demás, asimismo, me
siento unido a mis semejantes y a la cooperación con ellos.
9.- Tengo derecho a tomar mis propias decisiones parezcan
lógicas o ilógicas.
No siempre hemos de ajustarnos a la lógica porque la
creatividad puede superar cualquier razonamiento lógico.
10.- Tengo derecho a decir: “no lo entiendo”.
No me siento obligado a conocer las necesidades de los demás
con antelación, ni a comprenderlas sin necesidad de comentarlas. De igual
manera expondré mis necesidades cuando lo considere oportuno sin exigir del
otro que las entienda a priori.
11.- Tengo derecho a decir: “no me importa”.
A causa de mi condición humana puedo tener muchos defectos,
incluso comportamientos ruines. No me siento obligado a esforzarme para
alcanzar la perfección en todo, ni a
seguir las pautas de quienes intenten “mejorarme”. Elegir mi propio camino no
me hace perezoso, corrupto, degenerado o indigno del respeto de los demás y del
propio.
12.- Tengo derecho a valorar mis necesidades como
primordiales, tanto como las necesidades de otras personas.
Valorar mis necesidades como primordiales es una obligación,
más si resultan indispensables para vivir en un estado de salud plena. El hecho
de no satisfacerlas puede producir unos resultados negativos evidentes. Las
necesidades pueden ser objetivas como, la nutrición; o subjetivas como el amor,
la aceptación o la autoestima.
13.- Tengo derecho a ser feliz.
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