viernes, 12 de septiembre de 2014

Taller 1 día 120914



Sólo podemos actuar en el presente.

Para el trabajo que nos ocupa podríamos decir que el presente es el “momento” en que tomamos consciencia de lo que es aquí y ahora. Para no complicarnos mucho, ya que nuestro interés es percibir el “momento presente” para actuar, vamos a describir algunas situaciones de lo que llamamos presente.

1. Para los pensamientos y observa sin pensar lo que te rodea, no converses con ello, sólo observa. Digamos que esto es una observación del momento presente sin contaminación, una observación desde la quietud de la energía.

2. Observa que información te llega mientras observas:
a) una información ante la que no tomas ninguna decisión (pasa una moto por la calle).
b) una información ante a que tomas una decisión (suena el teléfono, lo coges o no lo coges).
c) ante la decisión tomada se suceden una serie de presentes (condicionamiento e importancia de las decisiones)

3. Los pensamientos traen cosas del pasado al presente. Crean sentimientos en el presente que pertenecen al pasado (pueden dañar “nuestro cuerpo presente” creando estrés, ansiedad, toma de decisiones, etc.).

4. La fuerza de voluntad, la voluntad suave, puede hacer que seleccionemos lo que traemos del pasado, sólo traer del pasado lo que enriquece nuestra evolución. Cuando permanecemos atentos al momento presente, al aquí y ahora, dinamizamos nuestra evolución personal.

En realidad permanecer en el aquí y ahora es habitar de manera continuada una banda determinada de vibración.

jueves, 4 de septiembre de 2014

Taller 1 día 040914



El control de las emociones y el equilibrio vibracional de la energía.

El campo de energía que somos se manifiesta en un gran número de “bandas de vibración”. Las bandas de vibración se pueden distinguir por el “tono”, el “color” que toma la energía en esa vibración determinada. Podemos ir identificando el “color” de nuestras “bandas de vibración” si observamos cómo se manifiestan nuestras emociones. Será distinto el “color” de la ira, del miedo, o del amor. Si te relajas y traes un recuerdo que contenga una de estas emociones notarás en el plexo solar una vibración diferente por cada una de ellas. 

Cada momento de nuestra vida, cada presente, estamos manifestándonos en una banda de vibración determinada, en un “color” de nuestra energía. La permanencia o no en un “color” determinado da continuidad y consistencia a nuestra forma de ser. Igualmente ayudan a configurar nuestra forma de ser los cambios continuados de “color”, o lo que es lo mismo, el saltar de una banda a otra sin una actitud persistente.

Nuestra forma de ser viene determinada por el modo de uso de las bandas de vibración y su permanencia en el tiempo. Tenemos la capacidad de “movernos”, mediante las emociones, por las bandas de vibración y, por lo tanto, la posibilidad de elegir el conjunto de “vibraciones” que constituyan nuestra forma de ser.

Si aceptamos lo expuesto podríamos decir que nuestra forma de ser, nuestro estado anímico, viene dado por el uso y la permanencia de determinadas bandas de vibración. O dicho de otra manera, la gestión y control de nuestras emociones nos permite “habitar” aquellas bandas de vibración que elijamos.

¿Cómo conseguir habitar las bandas de vibración que deseamos?.

Por un lado hemos de eliminar “las estancias” en bandas de vibración que no deseamos como: la ira, el miedo, la cobardía, etc. Esto lo conseguimos evitando pensar en aquellos recuerdos relacionados con estas “emociones”.

Por otro lado nos relajaremos y traeremos recuerdos asociados a: la honestidad, el amor, la verdad, el respeto, etc., y lo mantendremos el mayor tiempo posible, estamos “habitando” en esas “bandas de vibración” que deseamos, esto tenemos que repetirlo y ser perseverantes.

martes, 2 de septiembre de 2014

Taller 1 día 02/09/2014



La energía y lo cotidiano.

Todos los días de nuestra existencia estamos tomando decisiones acerca de nuestra energía, si tomamos la energía como el elemento esencial de nuestra vida.

 Cuando trabajamos, pensamos o nos divertimos gastamos energía. Cuando comemos, descansamos o dormimos reponemos la energía gastada. Mantener disponible nuestra “dotación” de energía es un “equilibrio” que buscamos constantemente. Si no estamos en “equilibrio energético” nuestro cuerpo se revela, aparece el cansancio crónico, el estrés, la enfermedad e incluso la depresión.

Si aceptamos lo expuesto, “la gestión” de nuestra energía se convierte en una de las actividades fundamentales de nuestra vida. Sin embargo, casi nadie tiene consciencia de la importancia que tiene mantener un nivel energético adecuado y lo trata como algo secundario.

Si reflexionas sobre lo expuesto podrás concluir que el “poder” del hombre reside en la gestión y control de su energía, porque nos permite, de manera continuada, enfocar la atención y la fuerza de voluntad en alcanzar aquello que realmente deseamos.

Si hacemos una gestión mediocre de nuestra energía creamos hábitos que nos perjudican e inducen a anular nuestro poder personal: comemos mal, tomamos excitantes como el tabaco, el alcohol y otras drogas, tenemos sobrepeso, estrés, colesterol y tiramos de nuestra vida de manera desordenada. La raíz de una vida mediocre esta en una gestión mediocre de nuestra energía.

Este es el primer reto importante. Gestionar y controlar el uso de nuestra energía de manera impecable.
    

lunes, 1 de septiembre de 2014

Taller 1 día 01/09/2014



Para satisfacer algunas peticiones de los lectores de este blog, vamos a proponer una serie de ejercicios que ayuden, tanto al cambio que necesitan como a conseguir mayor poder personal. Leer “El propósito, la voluntad y el uso de la energía”.

Uno de los mejores ejercicios que podemos hacer para conocernos es realizar un recuento de los actos en que gastamos nuestra energía. Controlar el gasto y la recuperación de la energía es fundamental si queremos aumentar nuestro poder personal. 

Este ejercicio requiere de dos capacidades: a) observar los actos y b) evaluarlos adecuadamente.

No se debe confundir la descripción que hacemos de los actos con la percepción de sentir el acto. Con mucha frecuencia en la descripción del acto metemos la justificación del mismo. En esta estratagema participa el ego, al que no le gusta reconocer los errores.

Pongamos un ejemplo: “hoy he desayunado, en la mejor cafetería de la ciudad, un café con leche y dos bollos, uno relleno de crema y otro de chocolate. ¡Aquí se encuentra la mejor bollería!”.

Como vemos en la descripción se justifica el desayuno que hemos tomado. Si en lugar de describir el acto lo “sentimos”, podremos comprobar que ese desayuno no ayuda en nada a nuestra salud. Si ahora lo evaluamos no diremos que hemos hecho un desayuno “genial”. Observarse conlleva el “sentir” de los actos.

Ahora observa un acto tuyo de queja, ese momento en que te quejas amargamente de lo mal que todo el mundo se porta contigo. ¿Cómo estás utilizando tu energía?.

El ejercicio de este taller consiste en observar tus actos y evaluarlos según sientes el uso de tu energía, en lugar de cómo los describes.