domingo, 27 de abril de 2014

Más cosas de la clase 26 – 2 (Notas para reflexionar)



El poder para el cambio está en el silencio interior.

Somos el campo de energía que somos. Lo que percibimos fuera de ese campo es la manifestación de nuestra reacción ante la interpretación del conocimiento y la percepción de nuestros sentidos.

El estado de ánimo es el estado del vibrar de la energía y éste se gestiona mediante la forma de ser y estar, y la forma de ser y estar es la consecuencia del tono de nuestro vibrar. Somos un bucle.

En el espacio-tiempo del silencio interior conectamos con la energía, somos conscientes de la energía. Ese es el espacio-tiempo donde fabricamos la creatividad, donde se hacen realidad los deseos. Cuando estamos en el espacio-tiempo del silencio interior todo es posible.

Cuando miramos el entorno desde el silencio interior, sin definirlo con palabras, percibimos mejor la realidad. La realidad definida con palabras suele ser confusa y tendenciosa.

Con el dialogo interior mantenemos y consolidamos nuestro mundo habitual. Estamos habituados a pensar con palabras, y esto nos clava a un nivel de consciencia, al pasado, si no pensamos intencionadamente de manera meditativa.
  
Romper con la realidad es terminar con la interpretación que hacemos de lo que percibimos según los parámetros acordados por todos nosotros, por la humanidad.

sábado, 26 de abril de 2014

Más cosas de la clase 26.



La concentración en los movimientos potencia el silencio interior.

Hemos sumado los movimientos: 3, 4 y 5 a la serie de movimientos: “Redistribución de la energía. En esta nota repetimos los movimientos 1 y 2 para mayor comodidad del lector.

1. Elevar la energía caída. En posición de relajación con los brazos bajados juntar las manos con las palmas hacia arriba. La mano izquierda sobre la mano derecha. Las manos quedarán situadas debajo del plexo solar. Manteniendo el ritmo de respiración suave, subir las manos hasta la posición de “sujetar el cielo”, nos paramos un momento y con los brazos estirados, sin forzar, bajamos las manos hasta la posición de firmes juntando nuevamente las manos. Este ejercicio lo realizamos 3 veces.
Después bajamos las manos hasta el suelo, juntando las manos a ras del suelo, intentando recoger la energía y subirla hasta la posición de “sujetar el cielo”. Repetir el ejercicio otras 3 veces.

2. Presión lateral de la burbuja de energía. Posición de relajación con las manos juntas y las palmas hacia arriba. Subir las manos hasta situarlas debajo del mentón. Dar un paso lateral con la pierna izquierda sin mover la pierna derecha. Estirar el brazo izquierdo con la palma de la mano hacia fuera empujando suavemente la energía. El cuerpo quedará inclinado hacia la izquierda. Después estiramos el brazo derecho con la palma de la mano hacia fuera sin mover el cuerpo. Una vez los dos brazos estirados, presionamos suavemente un momento y retornamos lentamente a la posición inicial. Repetimos lo mismo hacia el lado derecho. Volver a la situación de partida. Este ejercicio lo hacemos 3 veces.
      
3. Presionar verticalmente la burbuja de energía.
Posición de relajación con las manos juntas y las palmas hacia arriba. Subir las manos hasta situarlas debajo del esternón. Elevar la mano izquierda hacia el techo con la palma de la mano hacia arriba. Bajar la mano derecha hacia el suelo con la palma de la mano hacia abajo. Intentar estirar verticalmente la burbuja de energía. Volver a la situación inicial y repetir el movimiento, esta vez la mano derecha hacia arriba y la izquierda hacia abajo. Hacer el movimiento completo tres veces.

4. Voltear energía hacia atrás (mirar hacia atrás).
Posición de relajación con las manos juntas y las palmas hacia arriba. Subir las manos hasta situarlas debajo del esternón. Volver las palmas de las manos hacia abajo y estirar los brazos hacia el suelo, separando los brazos para formar un ángulo de 45 grados respecto al cuerpo. Voltear las manos para que las palmas queden mirando hacia la izquierda. Ayudados con los músculos ventrales girar el cuerpo como si miráramos hacia atrás. Cuando lleguemos al máximo de giro, nos detenemos un momento, volteamos las manos para que las palmas miren hacia la derecha y con la ayuda de los músculos ventrales giramos el cuerpo hacia la derecha, hasta llegar al máximo de giro. Nos detenemos un momento, volteamos las manos e iniciamos otro giro. Repetirlo tres veces.

5. Voltear energía lateralmente por encima de la cabeza.
Posición de relajación con las manos juntas y las palmas hacia arriba. Colocar las manos por debajo del plexo solar. Lentamente levantar la mano derecha, haciendo un círculo,  hasta situarla por encima de la cabeza. El brazo izquierdo queda colgando. El peso queda sobre la pierna izquierda y el talón de la pierna derecha levemente levantado. Repetir el movimiento con el lado contrario, levantando la mano izquierda.
Repetir el movimiento completo tres veces.

Después de la práctica de movimientos que hicimos el día 23/04/2014, iniciamos una serie de movimientos libres, cada uno de nosotros se dejo llevar por lo que el cuerpo le pedía, fue como un baile con la energía. Este baile que duró sobre unos 7 minutos nos llenó de paz y de energía vital, por si quieres repetirlo en casa, los requisitos son:
- mantener una relajación total del cuerpo,
- mantener la respiración pausada,
- concentrarse en el movimiento y el contacto con la energía,
- sentir que la energía fluye por nuestro cuerpo,
- los movimientos son lentos y en sintonía con la respiración.

jueves, 24 de abril de 2014

Cosas de la clase 26.



Hemos tratado el factor: “reconocernos” como un elemento importante para desarrollar nuestra resiliencia.

Lo hemos visto como una parte de la flexibilidad. Decíamos que la flexibilidad cognitiva es la capacidad para detectar la ineficacia de nuestra conducta. El ejercicio que hicimos para “reconocernos” puede ofrecer datos para tratar bajo esta capacidad.

Es recomendable que dediques a este ejercicio el tiempo necesario. Escribe las respuestas detalladamente, el hecho de contestar por escrito  resulta ser un revulsivo importante.    

1. ¿Qué has mejorado en este año?, nos propusimos desde octubre de 2013 hasta hoy. Se trata de que reflexiones sobre si has crecido a nivel personal; si has mejorado en el manejo de tus relaciones personales; si has sentido un incremento en tu fuerza personal; que sensaciones tienes sobre tu autoestima, o cómo aprecias la vida, etc.

2. ¿Cultivas  una visión positiva de ti mismo?. Recuerda que desarrollar la confianza en tu capacidad para resolver problemas y confiar en tus instintos, te ayuda a construir la resiliencia. ¿Cómo te ves?, ¿Qué piensas de ti?.

3. ¿Mantienes las cosas en perspectiva?. Trata de mantener los problemas o eventos muy dolorosos en un contexto amplio. Evita agrandar el evento fuera de su proporción.
¿Qué hacen tus pensamientos con los problemas?.

4. ¿Pierdes con facilidad la esperanza?. Una visión optimista te permite esperar que ocurran cosas buenas en tu vida. Trata de visualizar lo que quieres en vez de preocuparte por lo que temes.

5. ¿Cuidas de ti mismo?. Cuidarse es prestar atención a tus necesidades y deseos, hacer actividades relajantes, hacer ejercicio, practicar la meditación y la relajación, cuidar tu alimentación, etc.

martes, 22 de abril de 2014

El silencio interior y la forma de ser (para reflexionar).



Nos construimos condicionados por la “forma humana”. Podemos considerar la “forma humana” (personalidad) como el conjunto de comportamientos y creencias aceptado por todos. Es ese conjunto de acuerdos que ponen en común la realidad que vivimos y que nos permite definirnos como seres humanos.

De la “forma humana” se desprenden los mensajes que nos definen y que determinan lo que será. Estos mensajes expresan los acuerdos establecidos y, aparentemente, sin alternativa, veamos un ejemplo: De una persona mayor se espera que sea torpe, que tenga un movimiento lento y pesado. Su mente viene trabajando desde hace tiempo en que esto se cumpla y de vez en cuando se dice: “la edad se va notando”,  “cómo pesan los años”.

La mente, mediante las creencias, hace cumplir los acuerdos. Pone en marcha los pensamientos y estos acuerdos se refuerzan repitiendo los pensamientos una y otra vez. Todo nuestro organismo se pone en marcha para que a partir de los 50 años se note el peso de la edad.

El silencio interior detiene los pensamientos y nos ayuda a no someternos a esos acuerdos. La edad no “marca” mi estado físico y mental. No tengo que cumplir un acuerdo en el que no he participado.

Los movimientos para redistribuir la energía fortalecen el silencio interior y facilita que rompamos con la “forma humana”. Estamos en disposición de crear “otra forma de ser” en la que todo es posible.

Cambiando nuestra forma de ser podemos cambiar la “forma humana”.

domingo, 13 de abril de 2014

Más cosas de la clase 25

Ejercicios para la flexibilidad física y energética.

Combinan movimientos suaves del cuerpo con la relajación y la respiración. Estos ejercicios mejoran la flexibilidad, la conciencia corporal y la concentración. El organismo se llena de energía y ésta fluye por el cuerpo aumentando nuestra vitalidad. Consiguen una relajación en la que somos conscientes de nuestros movimientos, de nuestro interior y del contacto con el entorno.

Es una “gimnasia” energética que fortalece el cuerpo y la mente distribuyendo de forma equilibrada la energía en nuestro cuerpo. Se debe alcanzar una coordinación armoniosa de estos elementos: movimientos, respiración y concentración de nuestra mente. La respiración debe ser lenta, suave y profunda y nuestra mente debe estar tranquila y centrarse en la práctica.

Respiración
Al respirar, tomamos chi y éste se distribuye por el cuerpo. La respiración debe ser tranquila y natural, ya que está influenciada por las emociones y se ve afectada por las alteraciones importantes de los estados de ánimo:
- Calmar la mente mediante una respiración más o menos profunda; sin inspirar al máximo, para no provocar tensiones innecesarias, será una inspiración que llene los pulmones al 70 % de capacidad aproximadamente.
- Hacer la respiración predominante abdominal y silenciosa para distribuir la energía desde el centro de energía vital (plexo solar), lo cual mejora la concentración y serenidad.
- En cuanto a la respiración en movimiento debemos seguir la siguiente norma: cuando el cuerpo esta recogido se exhala y al tomar aire se extiende el cuerpo.

Preparación del cuerpo
El cuerpo debe estar relajado, esta relajación se inicia en la mente, si la mente está en paz el cuerpo estará relajado, equilibrado y ayudará a la mente a concentrarse. Niveles en la preparación del cuerpo:
1. Identificamos el centro de equilibrio. Los pies ligeramente separados, las rodillas flexionadas y la espalda erguida, la cabeza levemente inclinada hacia delante, los ojos semicerrados, los labios juntos sin presionar y la lengua tocando el paladar.
2. Relajar los músculos y tendones dirigiendo la atención hacia ellos, después relajamos los órganos internos. Si relajamos nuestro interior podremos dirigir la energía y corregir sus desordenes. Tenemos que ser capaces de sentir nuestro cuerpo, de conocerlo y establecer un diálogo interior para eliminar los posibles obstáculos internos a la circulación de energía.
3. Es importante el concepto de enraizamiento, se refiere a la conexión con la energía de la tierra. En los movimientos, las piernas deben estar flexionadas y las plantas de los pies bien "asentadas en el suelo". Debemos bajar el centro de gravedad, así la energía vital se asienta en el centro de energía de nuestro cuerpo y en los centros de energía situados en las plantas de los pies y podremos desarrollar la raíz. Esa raíz nos da estabilidad y nos anclamos al suelo firmes como un gran árbol. A esto le vamos a llamar posición de relajación.
4. Movimientos. Se busca un equilibrio entre el movimiento y la quietud. Los movimientos lentos, la suavidad y la fluidez son claves como contraposición a la rigidez y estancamiento de energía.
Si existe tensión en nuestro cuerpo se bloquea el paso de energía, pero si nuestros movimientos son suaves y estamos relajados la energía fluye. El movimiento de nuestro cuerpo es lento para acompasar a la inspiración y espiración que se hace profunda y lenta, esto favorece un estado de concentración. La transición de un paso a otro se realiza sin movimientos bruscos, todo sucede sin prisas pero sin pausas.

Objetivo.

Expandir el “huevo luminoso” que somos. Se trata de “masajear” la envoltura de energía que nos circunda para que se mantenga equilibrada, para que no haya aglomeraciones de energía por un lado y deficiencia por otro, sino que esté bien repartida.

Para introducirnos en estos ejercicios vamos, en un principio, a combinarlos con ejercicios de respiración yogi. Haremos:
1. Ejercicio de respiración completa.
2. Ejercicio de respiración depurativa
3. Ejercicios para la flexibilidad.
4. Ejercicio de respiración “apoyados en la pared”.
5. Ejercicio de respiración depurativa

Ejercicios para la flexibilidad:

1. Elevar la energía caída. En posición de relajación con los brazos bajados juntar las manos con las palmas hacia arriba. La mano izquierda sobre la mano derecha. Las manos quedarán situadas debajo del plexo solar. Manteniendo el ritmo de respiración suave, subir las manos hasta la posición de “sujetar el cielo”, nos paramos un momento y con los brazos estirados, sin forzar, bajamos las manos hasta la posición de firmes juntando nuevamente las manos. Este ejercicio lo realizamos 3 veces.
Después bajamos las manos hasta el suelo, juntando las manos a ras del suelo, intentando recoger la energía y subirla hasta la posición de “sujetar el cielo”. Repetir el ejercicio otras 3 veces.

2. Presión lateral de la burbuja de energía. Posición de relajación con las manos juntas y las palmas hacia arriba. Subir las manos hasta situarlas debajo del mentón. Dar un paso lateral con la pierna izquierda sin mover la pierna derecha. Estirar el brazo izquierdo con la palma de la mano hacia fuera empujando suavemente la energía. El cuerpo quedará inclinado hacia la izquierda. Después estiramos el brazo derecho con la palma de la mano hacia fuera sin mover el cuerpo. Una vez los dos brazos estirados, presionamos suavemente un momento y retornamos lentamente a la posición inicial. Repetimos lo mismo hacia el lado derecho. Volver a la situación de partida. Este ejercicio lo hacemos 3 veces.

jueves, 10 de abril de 2014

Cosas de la clase 25



La flexibilidad factor esencial de la resiliencia.

Dice Lao Tse: "En verdad ser rígido y duro es el camino de la muerte. Y ser suave y flexible es el camino de la vida".

¿Cómo podemos hacernos flexibles?. Para que nuestra resiliencia pueda desarrollarse con éxito hemos de hacernos flexibles de manera que eliminemos nuestra rigidez física y mental para no quebrarnos y adaptarnos a las circunstancias inevitables de la vida para no endurecernos en posiciones inútiles. Para ello vamos a desarrollar flexibilidad en cada uno de los elementos que constituyen nuestra totalidad: cuerpo físico, mental, energético y espiritual (conocimiento).

La flexibilidad en nuestro cuerpo físico y energético la alcanzaremos mediante la práctica de ejercicios de relajación, respiración y los relacionados con el arte del Chi Kung (dominio o arte de la energía). Los objetivos generales son: salud, buena forma física, longevidad y cultivo de nuestras propias facultades. Son ejercicios energéticos que fortalecen el cuerpo y la mente distribuyendo de forma equilibrada la energía en nuestro cuerpo.

Veremos la flexibilidad cognitiva como la capacidad que tenemos para detectar la ineficacia de nuestras conductas y la habilidad para sustituirlas por otras más ajustadas a los requerimientos de nuestros valores éticos. Intensificaremos la práctica del observador y la asunción del cambio como nuevas oportunidades de crecimiento.

La flexibilidad mental, más que una habilidad o capacidad para adaptarse a las circunstancias, es una forma de vivir que permite a las personas adaptarse a las presiones y dificultades (gestión de las emociones). Una mente abierta se mueve y es capaz de generar cambios constructivos que permitan una mejor calidad de vida con capacidad de afrontar situaciones difíciles.

Una mentalidad rígida es más propensa a sufrir todo tipo de trastornos psicológicos y emocionales, se siente encerrada y condicionada por pensamientos circulares y su actitud y comportamiento afectará negativamente a su entorno, ya sea familiar, laboral o relacional.

domingo, 6 de abril de 2014

Más cosas de la clase 24.



Otro enfoque para planificar con éxito tus metas puede ser el desarrollo de estas etapas:

1. Reflexión. A veces sentimos un deseo vago de cambiar o intuimos la necesidad de cambiar, incluso “sabemos” que tenemos que cambiar si queremos ser felices. Es un buen momento para buscar información y preguntarse cosas como: ¿Qué riesgos estoy corriendo si sigo haciendo lo que he estado haciendo hasta ahora?. ¿Qué me impide comprometerme con este objetivo?

2. Observa tus comportamientos y sus resultados. Observa cuál ha sido tu comportamiento hasta ahora y cuáles los resultados que has obtenido. Escríbelo en tu cuaderno de trabajo. Por ejemplo:
Comportamiento
Resultado
Cuando no me entienden en mi casa a la primera me pongo violento.
Mis hijos se alejan de mi cada vez más.


3. Preparación. Sopesa los beneficios de cambiar algún comportamiento en particular. Por ejemplo, puedes llevar un registro detallado cada día de tus comportamientos no deseados, o de todo lo que gastas, cuándo y cómo lo haces.

4. Acción. Comienza haciendo pequeños cambios, por ejemplo, intenta frenar tu violencia y enfoca tu energía en agradar y querer a tus hijos. Visualiza que tienes paciencia con ellos, eso te ayudará a cumplir con tus metas. Este es el momento de hacer un compromiso real y profundo.

5. Persistencia. Ejerce tu fuerza de voluntad para alcanzar el verdadero reto. Has terminado con tu viejo hábito y comienzas un nuevo comportamiento que tú escogiste. Es muy fácil caer en la tentación de volver al comportamiento anterior, por eso debes resistir y mantenerte enfocado en el "porqué" decidiste este cambio desde el principio.

Para crear y mantener tus nuevos hábitos y comportamientos tienes que:

1. Creer en tus habilidades para cambiar.
2. No dejarte llevar por los sentimientos de culpa ni buscar excusas.
3. Concéntrate en los resultados, no pienses en los deseos.
4. Comprender la motivación y las razones por las que esto es importante.


jueves, 3 de abril de 2014

Cosas de la clase 24.



Hemos recordado que la resiliencia incluye conductas, pensamientos y acciones que pueden ser aprendidas y desarrolladas por cualquier persona. Partiendo de aquí hemos asumido que la resiliencia es una forma de ser.

La resiliencia se desarrolla mediante una combinación de factores, de los que hemos comentado: el establecimiento de relaciones de cariño y apoyo dentro y fuera de la familia y la asunción de los cambios que puedan presentarse para convertirlos en oportunidades de crecimiento.

En el taller de ayer tratamos la consecución de las metas propuestas como factor de desarrollo de la resiliencia. Para desarrollar la estrategia de establecer metas y alcanzarlas propusimos el siguiente proceso:

1. Escribe en un papel lo que quieres conseguir.
2. Fija fechas de cumplimiento.
3. Analiza que ha impedido antes que no cumplas con ese objetivo.
4. Piensa en qué o quien puede ayudarte y pídele ayuda si es necesario.
5. Visualiza tu objetivo con regularidad.
6. Auto-motívate tomando como base tus deseos y los valores éticos importantes.
7. Adquiere compromiso con el objetivo, refléjalo en tu conducta y el trabajo que le dedicas.
8. Se flexible ante el objetivo y asume cambios si son necesarios.
9. Controla tus emociones para que no anulen la razón.
10. Organízate para dedicarle el tiempo necesario y establecer prioridades.

Una vez decidas la meta a alcanzar plantéate las siguientes preguntas:

- ¿Por qué quieres alcanzar esa meta?.
- ¿Para qué la quieres alcanzar?
- ¿En qué te perjudica no alcanzar esa meta?.
- ¿En qué va a cambiar tu vida cuando alcances la meta?.
- ¿Cómo será tu relación con las personas cuando alcances la meta?.

Debes responder a las preguntas por escrito y reflexionando sobre las respuestas.