sábado, 15 de febrero de 2014

La asertividad como una forma de vivir.



Recordemos que una persona asertiva es aquella que se comporta respetando los derechos asertivos, tanto en su comportamiento, como en el de los demás.

Para llegar a ser una persona plenamente asertiva es necesario:
- someter todos nuestros actos a los valores éticos aceptados por todos.
- eliminar las creencias limitantes.
- imponer los derechos asertivos y aceptar que los demás también los impongan en nuestra relación con ellos.
- desarrollar e incorporar creencias potenciadoras.
- capacitarnos en la interacción asertiva con otros.
- mantener el equilibrio energético del campo de energía que somos.

Vamos, según comentamos en el último taller (12-02-14), a tratar lo que se consideran derechos asertivos. En nuestro trabajo intentaremos enmarcar esos derechos en una forma de comportarse. Las aportaciones sobre el enfoque de este derecho las podéis hacer aquí en el blog, mediante los comentarios, o llevarlas para debatirlas el próximo día.


1.- Tengo derecho a juzgar mi propio comportamiento en última instancia.    

Me siento libre porque soy capaz de juzgar mi propio comportamiento, sin dejarme influir por instituciones que antes me condicionaban y me llevaban por caminos interesados en obtener cierto poder sobre mis actuaciones, como los sistemas existentes respecto a lo político, lo económico, lo religioso, lo cultural y otros. Ya no creo que deba ser juzgado por normas externas y por dictados de personas que se atribuyen legitimidad, a sí mismos, para hacerlo. De igual manera no juzgo los comportamientos de otros, aunque me considere libre para decir como me siento ante ese comportamiento. Asimismo, soy honesto y respetuoso en mi relación con los demás.

2.- No doy explicaciones o excusas para justificar mi comportamiento.

Sólo soy responsable de mis acciones ante mí mismo. Acato las leyes justas que nos hayamos dado como colectivo, e intento cambiar las injustas. Asimismo, me sujeto a cumplir con mis valores éticos aceptados por todos y yo decido a quien, y como, dar explicaciones de cortesía. Acepto de buen grado que los demás no me den explicaciones, ellos tienen sus motivos. Actúo siempre de manera transparente, e intento comprender la situación de lo demás.

3.- Soy quien juzga si me incumbe la responsabilidad de encontrar soluciones para los problemas de otras personas.

Ya no me siento responsable, ni culpable, de los problemas de otros. He comprendido que todos y cada uno de nosotros tenemos la responsabilidad única de resolver nuestros problemas, cualquiera que haya sido su causa. Asimismo, somos responsables de nuestro bienestar sicológico, de nuestra felicidad y nuestro éxito en la vida. Esto no impide que practique la solidaridad.

4.- Tengo derecho a cambiar de parecer.

Nada es definitivo. La vida es un cambio continuo y no podemos anclarnos a algo en lo que ya no creemos o no deseamos. No tengo que justificar ni dar explicaciones de mis cambios. Acepto, sin juzgar, el cambio de parecer de los demás.

1 comentario:

  1. Quiero empezar mi comentario diciendo que estoy totalmente de acuerdo en que hay que enseñar los derechos para que no nos tomen el pelo o nos tengan cohibidos de hacer determinadas cosas que nos crean ansiedad o alguna forma de infelicidad.
    Pero a la vez también tenemos que tener en cuenta que hay un límite para esos derechos y ese límite es “el derecho de los demás” de la misma manera que los demás tiene que tener en cuenta los nuestros.
    En la sociedad actual tenemos un gran problema sobre todo con los jóvenes y con los no tan jóvenes y creo que gran parte de ese problema viene por hacer creer a todo el mundo que tiene derechos sin decirles que esos derechos nos crean a la vez obligaciones.
    El ser humano tiende a ser egoísta. En cuanto tenemos un poco de poder, nos apropiamos de lo que no nos corresponde.
    No hace falta mas que leer la prensa u oír las noticias cada día.
    No es posible convivir un una sociedad, comunidad, familia, asociación, etc., etc. sólo con derechos, son necesarias normas, leyes, o lo que aplique en cada ocasión.

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