Dentro de las técnicas de asertividad que venimos comentando
encontramos una que propone “preparar” aquellos encuentros que pueden resultar “delicados”.
A veces nos encontramos con personas que tienen una idea fija de algo y su comportamiento
es inamovible. En estos casos la preparación es necesaria ya que trataremos un tema que necesita cierta delicadeza porque la
otra persona debe cambiar su idea de las cosas.
En clase propusimos
cuatro pasos que nos pueden ayudar en esta tarea:
1. Explica la situación actual tal como la percibes.
Es importante ser breve y ceñirse al tema principal que nos ocupa. No debemos
caer en comentarios u opiniones que no vienen al caso.
“Controlas todos mis
movimientos y exiges que te mantenga informada de todo lo que hago”
2. Muestra a la otra persona que entiendes sus sentimientos,
su posición ante el tema a tratar. Después expresa los tuyos.
“Se que te preocupas
por mí”, “pero yo me siento vigilado”
3. Hay que decir lo que se quiere. Establecer las
mínimas exigencias posibles y ser realista. No tiene sentido exigir cosas que
son físicamente imposibles para la otra persona. En algunos casos hay que estar
preparados para negociar o comprometerse, para establecer un “acuerdo viable”.
“Quiero que dejes de
controlarme, ya soy un adulto, y quiero que me trates como tal”
4. Explica cuál crees que será el resultado,
nombrando las recompensas si cumple, o las penalizaciones si no lo hace.
“Si no dejas de
controlarme no puedo continuar aquí”.
Esta “preparación” vale para tratar con situaciones difíciles
y también para “hacer” cambios de conducta en tu ámbito familiar, profesional o
social.
Analiza tu propia conducta y utiliza las pautas que se
exponen para llegar a ser una persona más asertiva. Será muy valioso para
enfrentarte satisfactoriamente a las personas difíciles que encuentres en tu
vida.
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