¿Te has encontrado con dificultades para observarte?.
Una de las dificultades mayores para observarnos es la
agitación en la que están inmersos nuestros pensamientos. Es un bullir que no
cesa, que no descansa y no nos permite abrir ventanas para “ver” objetivamente
lo que nos ocurre.
Es importante “ver” lo que nos ocurre desde fuera, no desde
dentro del bullir de los pensamientos, porque si es así, los pensamientos
condicionan lo que “vemos” y nos alejamos de la realidad.
Para desarrollar el observador que tenemos dentro hemos de
parar los pensamientos, o al menos, reducir la intensidad del bullir. Esto lo
podemos conseguir si apaciguamos nuestra agitación.
Quizá debamos recordar en este punto que consideramos en
nosotros cuatro “cuerpos”. El físico, mental, energético y espiritual. Estos
cuatro cuerpos constituyen la unidad que somos, y en el “equilibrio” de esa
unidad influyen los cuatro cuerpos, de manera que el desequilibrio de uno de
ellos influye en el resto y, al contrario, el equilibrio de uno de ellos
influye positivamente en el equilibrio del resto. Con esto queremos decir que
para “calmar” nuestros pensamientos podemos calmar nuestro cuerpo, o nuestro
espíritu.
Prueba con el ejercicio 14 “Relajación mental”.
Continuará
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