miércoles, 28 de noviembre de 2012

La atención como clave de la observación.



Para abordar acciones de mejora es necesario conocer qué cosas hemos de mejorar y, eso, solo lo podemos descubrir si nos observamos.

El arte de la observación requiere entereza y voluntad, asimismo, cierto debilitamiento del ego. Si el ego está fuerte, el acto de observarnos se convierte en una tarea imposible, ya que invalida la fortaleza del “acechador”. Vamos a intentar ver la observación como la capacidad de obtener conocimiento de nosotros mismos mediante el acecho de nuestra conducta. En este caso la observación no elabora conclusiones ni crea puntos de vista personales. Es una observación sin juzgar. Solo tiene validez el darse cuenta, el sentir. Durante el acecho de nuestra conducta no podemos caer en procesos de reproches o aprobaciones, solo debemos “mirar”.

Para convertirnos en acechadores de nuestro comportamiento hemos de estar atentos a todo lo que hacemos, por eso la atención se convierte en un elemento clave para acechar con éxito. Una de las tareas principales es eliminar el parloteo de los pensamientos, ya que ese parloteo debilita, incluso elimina, la capacidad de acecho.

Con los ejercicios “centrando la atención” y “respiración completa” estamos practicando el enfoque de la atención en algo concreto, pero hemos de insistir en conseguir una concentración continuada de la atención. Para ello proponemos ejercitar los siguientes puntos:
a)      Poner toda nuestra atención en lo que estamos haciendo en cada momento. Ser conscientes del aquí y el ahora.
b)      Hacernos preguntas adecuadas. Preguntas que nos permitan explorar cosas que previamente ni nos habíamos planteado.
c)      Caminar prestando toda la atención al entorno. Al caminar guardaremos silencio y no daremos entrada a ningún pensamiento, si tenemos que hablar nos pararemos.
d)      Prestar atención a los sonidos, intentando distinguir todos los sonidos que suceden en ese momento. Mantener la atención en los sonidos al menos 3 ó 4 minutos.
e)      Observar objetos y representarlos en la pantalla mental durante 5 ó 6 minutos.

Para realizar este trabajo necesitamos energía disponible y la mejor manera de tenerla es ahorrando aquella energía que malgastamos. Ver ejercicio “Eliminando fuentes de energía negativa”.





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