jueves, 3 de julio de 2014

Con la intención de saber de mí.



Parece interesante repasar algunos conceptos e ideas que utilizamos en nuestros grupos de trabajo (puntos tomados del libro “Somos energía o la otra vida que no vives”).

Venimos aceptando que “somos un cuerpo cuya totalidad se compone de cuatro ámbitos: físico; anímico; energético y espiritual. En realidad, deberíamos decir que somos una unidad compleja de energía en la que se dan distintas formas de manifestación.

En el ámbito físico se encuentra todo lo que vemos y tocamos, todo lo que percibimos con los cinco sentidos. Dentro de lo físico vamos a poner nuestro cuerpo, incluido el cerebro, y todo aquello de nuestro entorno que podemos detectar mediante los sentidos.

En el ámbito anímico situamos a la mente. Vamos a considerar como mente todos los resultados del proceso cerebral: pensamientos, emociones y sentimientos.

En el ámbito energético situamos “las fuerzas” capaces de mantener la vida como: los impulsos electroquímicos del cerebro; los impulsos que conocemos como frecuencias electromagnéticas, “los flujos emocionales” y la voluntad.

En el ámbito espiritual ubicaremos todo aquello que trasciende de los pensamientos y que lo podemos considerar consciencia. La dimensión cognitiva (todo lo relativo al conocimiento) la consideraremos dentro del ámbito espiritual.

Sería bueno decir que los pensamientos, las emociones, los sentimientos y la consciencia son “estructuras” neuronales y, por tanto, “elementos físicos”. Parémonos aquí un momento. Según lo dicho podríamos considerar que no hay ámbitos separados, no somos por un lado pensamientos y por otro un cuerpo físico, o una consciencia, sino que somos una totalidad que se alimenta y también se retroalimenta. Para nosotros el flujo de información es tan válido cuando va del cerebro al cuerpo, como del cuerpo al cerebro, es más podríamos decir que los pensamientos tienen el mismo valor, desde el punto de vista de nuestra totalidad, que la información química que le llega al hígado si tomamos un alimento perjudicial. Ambas informaciones procuran nuestra integridad, nuestro bienestar”.

Reflexiona sobre tu totalidad y el uso que haces de ella. ¿Tratas tus ámbitos como elementos separados?

No hay comentarios:

Publicar un comentario