domingo, 1 de junio de 2014

Más cosas de la clase 31.



Reconocernos, o el proceso de observar nuestros comportamientos.

El acto de reconocernos nos conduce a aceptarnos tal como somos. Una vez que tenemos consciencia de lo que somos podemos establecer estrategias de cambio. La herramienta más eficaz es la observación, observar como reaccionamos ante todo lo que sucede, tanto en el exterior como en el interior de nosotros, es la clave para reconocernos.

Practicar el reconocimiento de nosotros mismos nos hace aceptar mejor a los demás, entender sus comportamientos y su estado anímico. Podemos darnos cuenta de que todos somos iguales, solo nos diferencian sutiles grados de vibración de nuestra energía.

Contempla, sin juzgar, el comportamiento de cualquier persona. Observa como se mueve, como habla, las cosas que dice. Después busca en tu interior concordancias con ella. Deja que lleguen a ti, no te predispongas a nada.

Somos iguales, aún en las cosas más terribles o en las más bondadosas, posiblemente la diferencia esté en el grado de control de nuestras emociones.

La práctica de la observación nos ayuda a identificar lo que ocurre en nuestro cuerpo antes de reaccionar. Sabemos lo que vamos a hacer si el nivel de tensión sigue unos momentos más. Aquí podemos parar, analizar nuestro estado anímico y “controlar” nuestra reacción, cambiándola por aquella que nos beneficie.

La información que manejamos cuando practicamos la observación nos vale para desarrollar las estrategias de cambio y establecer los ejercicios adecuados. La observación no es un fin en sí misma, es la captura del cómo nos comportamos y del cómo nos deberíamos haber comportado.

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