jueves, 8 de mayo de 2014

Cosas de la clase 28



Siempre que interaccionamos con el entorno se produce en nosotros una respuesta que transmitimos condicionada por lo que sentimos, incluso cuando la respuesta es no responder. En todos los casos, se exprese la respuesta o no, el estado de vibración de nuestra energía, ante la reacción que produce la respuesta, se manifiesta mediante un sentir.

Nos hemos propuesto, como ejercicio, identificar qué sentimos en algún momento de máxima tensión. No te des explicaciones de nada, solo observa lo que sientes. Toma consciencia de lo que sientes. No intentes ignorar aquellos temores y dudas que te acechan, ya que enfrentarte a estos temores, con una actitud positiva ante los mismos, te ayuda a mejorar tu resiliencia.

Una vez identificado lo que sientes, esa sensación física que te impide expresar tu reacción, explícate a ti mismo qué te sucede, qué te preocupa, e intenta encontrar un camino a seguir. ¿Cómo es la agitación de tu energía en ese momento?.

Desarrolla la actitud correcta ante lo que sientes, asume las dificultades como desafío y responde con determinación. Olvida el miedo, la autocompasión o la culpa. La mejor manera de asegurar una mayor resistencia ante una situación límite es intentar comprenderla desde un punto de vista positivo.

Hagamos un ejercicio:

¿Cómo reaccionas cuando te sirven una comida que está mal cocinada?.
¿Qué sientes?. ¿Expresas lo que sientes y exiges una buena comida, o te callas y después refunfuñas?.

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