domingo, 30 de marzo de 2014

Más cosas de la clase 23 – 2



Afrontar los cambios como campos de energía.

Para afrontar con éxito los cambios desde el enfoque del campo de energía que somos, debemos serenar la agitación energética que nos produce la nueva realidad que conlleva el cambio. La nueva realidad que se preconiza (en sentido negativo) nos perturba más que el cambio en sí.

Para ello hemos de convertir nuestro diálogo interno en un discurso realista que nos sirva para motivarnos y no en un relato catastrófico que contribuya a que nos hundamos. Esta manera de enfrentarse al cambio está en nuestras manos y requiere, como la mayoría de los cambios importantes de la vida, un esfuerzo de atención y constancia que sin duda se verá recompensado.

Enfocar adecuadamente nuestra energía para convertir en oportunidades de mejora los cambios que no deseamos, conlleva desarrollar el control de nuestras emociones y mantener equilibradas nuestra vibraciones vitales. Este estado de la energía hace más eficaz al razonamiento.

Este es un trabajo más del cuerpo que de la mente. Por eso en el taller practicamos el enfoque de la meditación siendo conscientes de las tres fases fundamentales:
1. Relajación. Conseguimos la relajación completa de nuestro cuerpo. Eliminamos todas las contracturas emocionales.
2. Concentración. Nuestra atención está concentrada en algo concreto, en nuestro caso la concentramos en la respiración.
3. Contemplación. Desde la quietud interior contemplamos nuestro estado de relajación y nuestro estado de concentración. Nos convertimos en los observadores de lo que somos.

Desde este estado de la energía aceptamos el cambio y proyectamos la nueva realidad que deseamos. De esta manera aseguramos que no entran en nosotros los relatos catastróficos y, por lo tanto, anulamos el miedo y la incertidumbre a la nueva realidad.

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