Notas previas para
afrontar el cambio en nuestras reacciones.
Antes de afrontar el cambio repasemos algunas cosas:
1. Lo que más hacemos en nuestra vida es relacionarnos con
los demás o con nosotros mismos.
2. Identificar con qué tipo de personas nos relacionamos,
y al mismo tiempo, identificar que tipo de persona somos nosotros.
Persona agresiva.- La persona agresiva es la que
intimida verbalmente, tan sólo se preocupa de satisfacer sus necesidades y
frecuentemente hiere a los demás.
Persona pasiva.- Tiende a sacrificar
constantemente sus necesidades por los demás. Es un buen blanco para que la
gente se aproveche de ella, incluso hasta los que no son agresivos por
naturaleza.
Persona asertiva.- Se preocupa de ella misma, de
sus derechos y de los derechos de las otras personas. Le gusta conocer a los
demás en un plano de igualdad en lugar de querer estar por encima de ellos.
3. El cambio sólo se produce cuando las personas
interesadas lo desean y trabajan para conseguirlo. De modo que si no
puedes cambiar a los otros, lo único que puedes hacer es cambiar tu forma de
reaccionar frente a ellos.
4. Cambiando tus propias reacciones, tanto interna como
externamente, lograrás que las personas difíciles reaccionen a su vez de forma
distinta.
5. Cada uno reacciona de una forma diferente con las
personas problemáticas, porque todos partimos de un punto distinto.
6. Pregúntate qué tipo de reacción tienes con:
- una persona agresiva que conozcas.
- una persona pasiva que conozcas.
- una persona asertiva que conozcas.
7. Detente a pensar racionalmente cuál debería ser tu forma
de actuar. Puedes
elegir el modo de reaccionar y responder ante la gente.
8. Escribe en tu cuaderno qué tipo de persona eres tú y
cómo reaccionas ante algunas personas con las que te relacionas diariamente, o
muy a menudo.
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