La figura se mezcla con las piedras bañadas de azules.
Está quieta, perdida en sus pensamientos, estando sin estar.
Quiero tocarla con mis manos, más sólo siento el frío de la
espera infinita.
La miro de soslayo para sorprenderla, para atarla a mi
retina y,
se esfuma con el primer pensamiento.
Trato de mantener su perfume aliñando las palabras con el
volante de su vestido,
pero se esfuma si la respiro.
Sólo puedo observar su quietud perenne.
Para no asustarla ato mis movimientos, mis anhelos, mis
sueños,
y dejo que se fundan con la palabra no pronunciada.
Sólo en el silencio del presente sin límites puedo ser yo.
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