jueves, 11 de abril de 2013

La gestión de la atención.



Para gestionar bien nuestra capacidad de atención hemos de mantenernos en un estado de equilibrio. Esto quiere decir que hemos de reducir y, si es posible, erradicar aquellas situaciones que nos mantienen en un considerable nivel de estrés.

Podemos decir que la atención es una dadora de energía. ¿Quien no ha estado alguna vez tan inmerso en una tarea que no se daba cuenta de nada de lo que ocurría a su alrededor?. A esto le podemos llamar entrega, nos entregamos mediante la atención. Nadie duda de que las situaciones de estrés atraen la atención y cambian el curso de la misma. Dejamos de atender otras cosas para centrarnos en ellas, y ahí va nuestra energía.


Muchas de estas situaciones (de entrega mediante la atención) se producen de manera involuntaria. Si nos observamos bien, podemos comprobar que la “entrega involuntaria” ocupa mucho de nuestro “espacio tiempo”, siendo poco “espacio tiempo” el ocupado por entregas voluntarias.

Si en la entrada “A vueltas con la atención” aceptábamos que, según Georg Kühlewind: “todo está hecho de atención”, en nuestras entregas involuntarias estamos creando, o reforzando, objetos que no tienen nada que ver con nuestros objetivos o deseos. ¿Quién o qué manipula nuestra atención?.

Parece necesario gestionar a qué le prestamos atención, o dicho de otra manera, a qué le entregamos nuestra energía. Para abordar bien esta tarea antes hemos de reducir nuestro nivel de estrés. Para ello puedes apoyarte en los ejercicios de relajación.

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