jueves, 20 de junio de 2013

Taller 17 Importancia de la estabilidad.



Ya sabes, si quieres hacer el taller reserva 40 minutos, apaga el teléfono y ponte cómodo. Ahora realiza el Ejercicio 2 “Respiración completa” . Una vez alcanzada la respiración lenta y la observación plena de la misma, siente tu totalidad, observa que no sobra ni falta nada en ti. Eres un ser completo.

Este taller lo hemos centrado en ejercicios para observar, en cualquier momento, la relación entre nuestro estar y nuestro ser, con el propósito de que se convierta en el ejercicio de este verano. Leer “La quietud emocional”.

Deberíamos recordar que nosotros, que todo en el universo, está siendo. Que no hay nada terminado, ni parado, por tanto, nuestra “forma” se esta “creando” no está terminada. No nos vale decir “es que yo soy así”. Todo lo podemos cambiar.

La relación entre nuestro ser y nuestro estar es muy estrecha, tanto que cualquier “impacto” en alguna de ellas tiene repercusión inmediata en la otra. Por eso es muy importante observar que ocurre, que está ocurriendo, en cada una de ellas. Si mi conducta no es “aceptable” sube el nivel de estrés corporal en mí. Si someto mi cuerpo a excesos aparece la culpabilidad o el estrés mental. Observar lo que ocurre en “espacios” de quietud emocional fortalece mi equilibrio físico y mental.

Ejercicio que hemos realizado y que se recomienda realizar:

- Nos relajamos.
- Prestamos atención a nuestro pecho (chakra 4) y sentimos la quietud.
- Percibimos nuestro estar. Percibimos que no hay tensiones en nuestro cuerpo, que estamos equilibrados, sin estrés ni agitaciones.
- Ahora percibimos que nuestra conducta, en este momento, es limpia, impecable.
- Dejamos que el estar, lo que sentimos en nuestro cuerpo, se mezcle con esa predisposición a la impecabilidad. Ese es el ser que queremos proyectar de nosotros.
- Observar cómo nos sentimos después del ejercicio. Darle continuidad.

Date un premio haciendo la relajación del Ejercicio 8 Relajación física completa. 

Quiero dar las gracias más sinceras a todas las personas que asisten al taller. Sin ellas este blog no sería posible.

Gracias Beatriz, Carmen, Charo, Esther, Gemma, Javier, Luisa, Marianne, Olga, Paquita, Roberto, Rocío, Teresa C, Teresa R, Tina.

Muchas gracias.

jueves, 13 de junio de 2013

Nivel 1 de vibración.



Enhorabuena, si vas a iniciar los ejercicios del nivel 1 de vibración quiere decir que ya, de alguna manera, has superado el nivel básico. Los objetivos del nivel básico han cambiado tu manera de relacionarte, ya no te quejas, ni criticas, como antes. También ha disminuido tu estrés o ansiedad.

En el nivel que nos proponemos vamos a iniciar una serie de ejercicios que nos ayudan a “consolidar” y superar el nivel básico. Vamos a intentar reducir los impulsos emocionales que alteran nuestro equilibrio.

Ejercicio 1 (13/06/2013) Escribe en tu tarjeta.

Cada vez que me venga un impulso de culpabilidad (un impulso que te altere). Observaré el dolor que me causa y no lo juzgaré ni conversaré con él.

Objetivo:
- Eliminar, o al menos reducir, los impactos negativos de recuerdos desgastantes.



Ejercicio 2 (15/06/2013) Escribe en tu tarjeta.

Leer antes de comer. ¿Esta comida es sana y necesaria para mi cuerpo?.

Objetivos del nivel 1 de vibración:
- Eliminar, o al menos reducir, los impactos negativos de recuerdos desgastantes.
- Escuchar al cuerpo y ser coherente con sus mensajes. No crear alteraciones por culpabilidad.

Ejercicio 3 (17/06/2013) Escribe en tu tarjeta:


Poner orden en mis acciones diarias. No dejar que el desorden dirija mi vida.

Puede ayudarte:

Objetivos del nivel 1 de vibración:
- Eliminar, o al menos reducir, los impactos negativos de recuerdos desgastantes.
- Escuchar al cuerpo y ser coherente con sus mensajes. No crear alteraciones por culpabilidad.
- Desarrollar la disciplina como base de la conducta.

Ejercicio 4 (19/06/2013) Escribe en tu tarjeta:


Hoy estoy perfectamente sano y gozo de una salud excelente.

Objetivos del nivel 1 de vibración:
- Eliminar, o al menos reducir, los impactos negativos de recuerdos desgastantes.
- Escuchar al cuerpo y ser coherente con sus mensajes. No crear alteraciones por culpabilidad.
- Desarrollar la disciplina como base de la conducta.
- Fomentar la actitud que preserva la salud.


Ejercicio 5 (14/07/2013) Escribe en tu tarjeta:
 
Todos somos iguales.

Objetivos del nivel 1 de vibración:
- Eliminar, o al menos reducir, los impactos negativos de recuerdos desgastantes.
- Escuchar al cuerpo y ser coherente con sus mensajes. No crear alteraciones por culpabilidad.
- Desarrollar la disciplina como base de la conducta.
- Fomentar la actitud que preserva la salud.
- Eliminar el ego.

Nuestra tarjeta quedará así.

1.- Cada vez que me venga un impulso de culpabilidad (un impulso que te altere). Observaré el dolor que me causa y no lo juzgaré ni conversaré con él.
2.- Preguntar antes de comer. ¿Esta comida es sana y necesaria para mi cuerpo?.
3.- Poner orden en mis acciones diarias. No dejar que el desorden dirija mi vida.
4.- Hoy estoy perfectamente sano y gozo de una salud excelente.
5.- Todos somos iguales.


Nivel básico de vibración



Para cada nivel de vibración proponemos una serie de ejercicios. No pases al nivel o ejercicio siguiente si no has conseguido los objetivos del nivel o ejercicios precedentes. El tiempo no importa, sólo importa que el ejercicio forme parte de ti.

Utiliza una tarjeta de visita, o un soporte similar, que puedas llevar en el bolsillo sin molestia alguna. Esta tarjeta la leerás cinco veces al día: al levantarte, a media mañana, a mediodía, a media tarde y antes de acostarte. En ella escribirás el ejercicio que estés realizando en ese momento.

Ejercicio 1 (05/05/2013). Escribe en tu tarjeta:

"Haré una inspiración profunda soltando el aire por la nariz lentamente. Observaré lo que ocurre en mi cuerpo. El estado de relajación conseguido me mantiene alejado del estrés".

Objetivo: Mantener durante todo el día el estado de relajación física conseguido después de cada exhalación, hasta convertirlo en mi nueva forma de estar.

 Ejercicio 2. (09/05/2013) Escribe en tu tarjeta:

Ejercicio de exhalar lentamente, observando qué ocurre en mi cuerpo.

Observar durante un minuto todos los sonidos que me llegan. Toda mi atención está puesta en observar los sonidos".

Objetivo:
- Mantener durante todo el día el estado de relajación física conseguido después de cada exhalación, hasta convertirlo en mi nueva forma de estar.
- Parar el parloteo de los pensamientos. Conseguir el silencio interior.


Ejercicio 3. (12/05/2013) Escribe en tu tarjeta:

Ejercicio de exhalar lentamente, observando qué ocurre en mi cuerpo.

Observar durante un minuto todos los sonidos que me llegan. Toda mi atención está puesta en observar los sonidos".

Hoy no me quejaré.

Objetivo:
- Mantener durante todo el día el estado de relajación física conseguido después de cada exhalación, hasta convertirlo en mi nueva forma de estar.
- Parar el parloteo de los pensamientos. Conseguir el silencio interior.
- Eliminar la queja. Con esta acción ahorramos energía.

Ejercicio 4 (15/05/2013). Escribe en tu tarjeta:

- Ejercicio de exhalar lentamente, observando qué ocurre en mi cuerpo.
- Observar durante un minuto todos los sonidos que me llegan. Toda mi atención está puesta en observar los sonidos".
- Hoy no me quejaré.
- Hoy no hablaré mal de nadie (“criticar”).

Objetivos:
- Mantener durante todo el día el estado de relajación física conseguido después de cada exhalación, hasta convertirlo en mi nueva forma de estar.
- Parar el parloteo de los pensamientos. Conseguir el silencio interior.
- Eliminar la queja y la crítica negativa. Con estas acciones ahorramos energía.
 Ejercicio 5 (17/05/2013). Escribe en tu tarjeta:


- Ejercicio de exhalar lentamente, observando qué ocurre en mi cuerpo.
- Observar durante un minuto todos los sonidos que me llegan. Toda mi atención está puesta en observar los sonidos".
- Hoy no me quejaré.
- Hoy no hablaré mal de nadie (“criticar”).
- Hoy no sentenciaré (no afirmaré categóricamente nada)

Objetivos:
- Mantener durante todo el día el estado de relajación física conseguido después de cada exhalación, hasta convertirlo en mi nueva forma de estar.
- Parar el parloteo de los pensamientos. Conseguir el silencio interior.
- Eliminar la queja y la crítica negativa. Con estas acciones ahorramos energía.
- Disminuir la importancia personal.

Si hacemos regularmente este conjunto de ejercicios alcanzaremos un nivel adecuado de vibración, desde el que consolidar el cambio que ya hemos comenzado. ¿Cómo te sientes?.

Ejercicio 6 (20/05/2013). Escribe en tu tarjeta:


- Ejercicio de exhalar lentamente, observando qué ocurre en mi cuerpo.
- Observar durante un minuto todos los sonidos que me llegan. Toda mi atención está puesta en observar los sonidos".
- Hoy no me quejaré.
- Hoy no hablaré mal de nadie (“criticar”).
- Hoy no sentenciaré (no afirmaré categóricamente nada).
- Hoy escucharé con toda atención y no interrumpiré cuando me hablan.

Objetivos:
- Mantener durante todo el día el estado de relajación física conseguido después de cada exhalación, hasta convertirlo en mi nueva forma de estar.
- Parar el parloteo de los pensamientos. Conseguir el silencio interior.
- Eliminar la queja y la crítica negativa. Con estas acciones ahorramos energía.
- Disminuir la importancia personal.
- Disminuir el ego. Respetar y amar al otro.

Con este conjunto de ejercicios, si se hacen de manera efectiva, cerramos una conducta soportada por la “agitación energética” y abrimos una conducta desde el vibrar armónico de nuestra energía. Digamos que hemos alcanzado un “nivel básico de vibración” al que hemos de darle estabilidad.

No deberíamos abordar más ejercicios si no hemos “consolidado” un comportamiento alineado con las propuestas de este nivel. No vale para nada continuar con nuevos ejercicios, es como edificar sobre unos cimientos mal construidos, al final el edificio se cae.


Podéis leer los comentarios sobre este nivel en la pestaña “A tu ritmo”

martes, 11 de junio de 2013

La quietud emocional.



La quietud emocional es el lugar donde se encuentran el estar y el ser. Allí se equilibran e intercambian su conocimiento. Mediante el sentir, este conocimiento, se transforma en alimento para la “forma de ser”.

¿Cómo alimentas tu “forma de ser”?. Si no permites el equilibrio y el intercambio de información entre el estar y el ser sólo puedes ofrecerle tensiones e incoherencia. Relájate un poco y observa que cuando estás alterado, cuando tu ritmo no es armónico, tu “forma de ser” se tambalea, te conviertes en un desconocido. Estas situaciones las exculpamos alegando nerviosismo, manifestando que no sabemos lo que nos ha pasado o diciendo: “es que yo soy así”. Estos comentarios reflejan una manera muy limitada de vernos.

La quietud emocional, ese lugar donde se juntan el estar y el ser, necesita ser entrenada para estar disponible cada vez que sea necesario. La ciencia ha demostrado que físicamente tenemos capacidad para generar cambios, para entrenar nuestro cerebro hacia aquello que queramos.

Podemos apoyarnos en los siguientes ejercicios:

1.- Observar la respiración. Se trata de concentrar nuestra atención en la respiración, percibiendo que cada vez es más y más lenta. Inspiramos y exhalamos lentamente. Después de varias respiraciones añadimos la relajación física.
2.- Relajación física. Con este ejercicio intentamos acompasar el ritmo del ser y el del estar. No es necesario una relajación profunda, basta con relajar el tono muscular y aflojar el cuerpo. Al exhalar percibimos que nuestro cuello, hombros y brazos caen. Todo nuestro cuerpo cae. Lo dejamos que caiga, ayudamos a que caiga.
3.- Concentrar la atención. Concentramos la atención en la respiración sin participar en ella. Dejamos que el cerebro caiga. Dejamos que nos llene el silencio interior. Aquí es importante observar el encuentro del ser y el estar. Notad como el ritmo del cuerpo se serena, así como el ritmo de la mente, notad como se entremezclan el ser y el estar. Todo se vuelve armonía.

Ahora para un momento y haz estos tres ejercicios. ¿Has conseguido una quietud emocional?.

domingo, 9 de junio de 2013

El ser, el estar y la totalidad (lectura para reflexionar).



No pretendemos entrar en, ni debatir sobre, los conceptos filosóficos de estar y ser. Vamos a utilizarlos como aspectos que nos permitan vernos como una totalidad. Consideremos que en nuestra totalidad se dan dos aspectos esenciales que nos dan “forma”: el estar y el ser, por tanto, la “forma de estar” más la “forma de ser” constituyen nuestra totalidad. Todos y cada uno de los seres orgánicos tenemos una forma única de ser y de estar.

El estar viene del nivel de vibración en el que nos movemos cada uno de nosotros. Este nivel de vibración conlleva un ritmo. Lo que nos mostramos a nosotros mismos, y a los demás, es el ritmo en el que habitamos. Cada vez que interaccionamos con el entorno puede darse una alteración del ritmo y nuestro estar puede cambiar, ese cambio lo podemos considerar positivo o negativo. Observa qué ocurre en tu vibración cuando interaccionas con el entorno.

El ser surge del comportamiento, de la manera que tenemos de interaccionar con el entorno. Normalmente es la respuesta que damos como consecuencia de la alteración de nuestro ritmo. En realidad estamos en constante interacción con el entorno, ya sea mediante la respiración, los sentidos o la intención. Lo ideal, lo que pretendemos, es que nuestro comportamiento, nuestra intención, tenga como base los valores éticos aceptados por la sociedad, o sea, ser impecables en el uso de nuestra energía.

La interacción entre el estar y el ser determina nuestro equilibrio. Si se altera nuestro nivel natural de vibración (estado en el que “estamos tranquilos”) llega un mensaje de estrés (tensión) a nuestro comportamiento. Si nuestro comportamiento no es ético, si es incoherente, llega un mensaje de estrés (tensión) a nuestro físico. Cada vez que se rompe el equilibrio se crean tensiones que, si permanecen en el tiempo, nos pueden llevar a la enfermedad.

La actitud que se da en nosotros viene determinada por la capacidad que podemos desarrollar para mantener en equilibrio el estar y el ser. Podríamos deducir que la actitud es la herramienta que tenemos para mantener nuestro equilibrio mientras interaccionamos con el entorno.

Podemos gestionar nuestra “forma de ser” mediante el “equilibrio” del estar y el ser. Para el estar podemos utilizar básicamente la respiración y la relajación, para el ser la observación de nuestra conducta, la impecabilidad. Estos ejercicios “dan forma” a nuestra actitud.

jueves, 6 de junio de 2013

Taller 16 Buscando la estabilidad.



Ya sabes, si quieres hacer el taller reserva 40 minutos, apaga el teléfono y ponte cómodo. Ahora realiza el Ejercicio 2 “Respiración completa” . Una vez alcanzada la respiración lenta y la observación plena de la misma, siente tu totalidad, observa que no sobra ni falta nada en ti. Eres un ser completo.

Nos habíamos puesto como deberes del taller anterior desayunar sin radio ni tele y observar cómo nos sentíamos. Esta tarea la han realizado bastantes personas. Hemos comprobado que si permanecemos en silencio, sin ninguna intromisión del exterior, estamos más “tranquilos”, o dicho de otro modo, no tenemos “agitación energética”, estamos menos estresados. Podríamos decir que nuestro “ritmo” no se encuentra alterado. Mantenernos en equilibrio con nuestro ritmo natural es la forma ideal de estar.

Por otro lado, hemos recordado que “aceptar lo que es” es una de las estrategias que nos llevan a mantener la estabilidad meditativa. La interacción con nuestro entorno desde una actitud basada en “aceptar lo que es” nos lleva a una forma de ser.

Podemos concluir que esta “forma de estar” (equilibrio con nuestro ritmo natural) junto con la “forma de ser” (actitud basada en aceptar lo que es) nos lleva a ser personas más felices y completas.

Reflexiona sobre esto y, sobre todo, compruébalo observando lo que ocurre en ti realizando los ejercicios.  

Observa que, en situaciones de desequilibrio del ritmo, es muy difícil mantener la actitud de “aceptar lo que es”. ¿Cuántas veces ocurre esto?.

Te ayudará leer: El ritmo es disciplina

Date un premio haciendo la relajación del Ejercicio 8 Relajación física completa. 

martes, 4 de junio de 2013

Aceptar lo que es como base de la estabilidad meditativa.




Aceptar lo que es, así, sin más, es mantener continuamente la consciencia ocupada en el presente. Ser plenamente conscientes de lo que está sucediendo, y no entretenerse en el pasado o preocuparse por el futuro.

También podríamos ver “aceptar lo que es”, como una decisión tomada para eliminar el sufrimiento. “Esto es así”. Ahora, si no me gusta, intento cambiarlo y si no puedo me adapto. Pero no le doy cancha, no estoy dándole vueltas todo el tiempo. Proceder de esta manera nos lleva a hacer un uso correcto de la energía.

Cuando no aceptamos lo que es y, además, no podemos cambiarlo entramos en una espiral de dolor. En la mayoría de los casos, por no decir en todos, es un dolor provocado por el ego. Esto nos lleva a un uso incorrecto de la energía y, por tanto, a una agitación que nos impide alcanzar la “estabilidad meditativa”.

Constantemente estamos tomando decisiones. “Aceptar lo que es”, es una decisión que tomamos montones de veces al día. Reflexiona. ¿Cuántas veces al día no aceptas lo que es?. ¿Cuánta agitación energética te produce no aceptar lo que es?.

Aceptar lo que es, es una actitud. Consiste en estar predispuesto a parar los pensamientos que puedan surgir ante cualquier evento.

Puede ayudarte:

Ejercicio 25 Aceptando lo que es.



Aceptar lo que es, es tomar el presente como es. Ver las cosas con la distancia necesaria y tomar la decisión adecuada. Reflexiona y evalúa lo siguiente:

Decisión tomada
Evaluación
Si
No
¿Ante cualquier suceso eliges el camino más provechoso (una acción transformadora, o una no-acción. Dejarte llevar por el fluir de la energía y ver como todo encaja)?.


¿Evitas tomar decisiones viscerales?.


¿Tomas consciencia del momento presente y observas lo que pasa?.


¿Aceptas lo que sucede, sin juicios ni resistencias?.


¿Vives lo que sucede aquí y ahora?


¿Malgastas energía no aceptando lo que es?



En este ejercicio es muy importante no dejarse llevar por el ego. ¿De verdad aceptas lo que sucede sin juicios ni resistencias?.

lunes, 3 de junio de 2013

Escuchar o como eliminar el ego.



Eliminar el ego, o al menos reducirlo hasta que no nos condicione, exige paciencia y determinación. Hemos de insistir una y otra vez en acallar los impulsos que te llegan para sentirte protagonista.

Uno de los ejercicios más eficaces para acallar esos impulsos es “escuchar”. Tendemos a pensar enseguida que sabemos más que el otro, que disponemos de mejores soluciones, o que lo que nosotros decimos es más importante. Cuando te encuentres en una de esas situaciones observa lo que siente tu cuerpo. Relaja tu tensión y escucha de nuevo.

Mira a los ojos a la persona que te habla. Si sientes algo de rechazo supéralo. Mira con cariño a tu interlocutor y hazle saber con tus gestos que lo estás escuchando. Intenta percibir lo que realmente quiere decirte. No te anticipes con tus pensamientos, ni, mentalmente, des las soluciones o respuestas a lo que te plantea antes de escucharlo del todo.

Una vez que has entendido bien lo que trata de decirte, valóralo y si puedes añade valor a lo que él expone. Si no puedes añadir valor o mostrar un nuevo punto de vista es mejor que te calles. Ten en cuenta que él debe tomar sus propias decisiones.

Escuchar con toda la atención puesta para entender al otro, es uno de los mejores ejercicios para eliminar el ego.

Ejercicio 24. Del recto hablar (Kühlewind).



Cómo escuchar:
- Procurar ver en el otro al hablante, no su apariencia exterior.
- Fijar la atención de la manera más completa posible. Uno está atento mentalmente, es decir, no se piensa en los pensamientos propios que surgen en uno durante el hablar del otro. Uno se empeña en pensar los pensamientos del hablante, ponderando de vez en cuando si uno lo está entendiendo por sus palabras.
- Comprender al que habla con el sentir. En ello hay que acallar cualquier simpatía o antipatía, incluso la espontánea, no se trata de los sentimientos que en mí produce el hablante.
- Suspender, en el silencio receptivo interior, la aprobación o el rechazo, la satisfacción o la crítica del contenido de lo que se dice.
-  La apreciación y la formación de una respuesta tendrán lugar luego, tanto más pronta y acertadamente cuanto más atentos estemos en el escuchar, es decir, completamente dedicados al hablante y no distraídos por nuestros pensamientos propios y nuestra crítica inmediata.

En este ejercicio es particularmente eficaz que uno elimine el impulso de meter baza enseguida, de interrumpir al otro, pero percatándose de que el impulso está presente.
Con el tiempo, el silencio receptivo se desarrolla, de un gesto negativo, de renuncia, a una actitud anímica positiva, de ayuda al otro. Nuestra calma interior no solo impide las perturbaciones y los obstáculos, sino que crea un ambiente favorable para el hablar del otro, una anticipación o un presentimiento de que será comprendido: hablará más fácilmente y mejor. Esta acogida no significa ni una aprobación, ni un rechazo del contenido hablado. La comprensión está desprovista de cualquier apreciación, e incluso ayuda eventualmente al que habla a comprenderse a sí mismo.

Prestar atención a no decir nada superfluo:
- Vencer la tentación de poner en palabras algo a lo que podríamos renunciar, a no hablar por hablar, a no decir nada superfluo, a no parlotear.
- Prestar atención a los impulsos de hablar mal de un tercero en su ausencia, de comentar sus flaquezas, lo cual uno no haría en su presencia.
- Si tenemos que hablar de persona ausentes hagámoslo como si estuvieran presentes.

Hablar positivo:
- Hablar solo cuando se tenga algo que decir.
- El hablar es siempre un hablar a alguien y con alguien. Por consiguiente, el contenido y el cómo tienen que ser determinados por el interlocutor con el cual hablamos.
- El verdadero hablar no quiere decir que uno solo puede proferir palabras sabias, sino que es verdadero en la situación presente.