Aceptar lo que es, así, sin más, es mantener continuamente
la consciencia ocupada en el presente. Ser plenamente conscientes de lo que
está sucediendo, y no entretenerse en el pasado o preocuparse por el futuro.
También podríamos ver “aceptar lo que es”, como una decisión
tomada para eliminar el sufrimiento. “Esto es así”. Ahora, si no me gusta, intento
cambiarlo y si no puedo me adapto. Pero no le doy cancha, no estoy dándole
vueltas todo el tiempo. Proceder de esta manera nos lleva a hacer un uso
correcto de la energía.
Cuando no aceptamos lo que es y, además, no podemos
cambiarlo entramos en una espiral de dolor. En la mayoría de los casos, por no
decir en todos, es un dolor provocado por el ego. Esto nos lleva a un uso
incorrecto de la energía y, por tanto, a una agitación que nos impide alcanzar
la “estabilidad meditativa”.
Constantemente estamos tomando decisiones. “Aceptar lo que
es”, es una decisión que tomamos montones de veces al día. Reflexiona. ¿Cuántas
veces al día no aceptas lo que es?. ¿Cuánta agitación energética te produce no
aceptar lo que es?.
Aceptar lo que es, es una actitud. Consiste en estar
predispuesto a parar los pensamientos que puedan surgir ante cualquier evento.
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