Posiblemente, hasta ahora, el uso de nuestro poder personal lo hagamos
desde las reacciones ante situaciones emocionales, la toma de decisiones
condicionadas por intereses personales, o condicionado por las creencias.
En realidad no
hay, por la inmensa mayoría, un uso consciente del poder personal.
Para utilizar de manera consciente el poder personal es
necesario ser humilde, entendiendo por humildad la eliminación
completa de la importancia personal. No tiene nada que ver con el sometimiento,
ni con la obediencia, ni nada parecido. Tiene que ver con la libertad. La humildad bien
entendida te da la libertad. Si no se alcanza ese nivel de humildad
el poder personal está condicionado por el ego y pierde su efectividad.
Ya hemos dicho que el poder personal lo puede todo. Para ello necesitamos ser
conscientes del poder y esa consciencia se va adquiriendo mediante el
cumplimiento de objetivos, por ejemplo: cambiar mi hábito con la
comida, o eliminar mi hábito de quejarme. Parecen objetivos sencillos y simples
pero te permiten ir adquiriendo consciencia de tu poder.
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