Hemos concluido que para alcanzar la asertividad como una
forma de vivir hemos de acometer dos acciones importantes:
1. Imponer nuestros derechos asertivos en nuestras relaciones
con los demás.
2. Aceptar plenamente la imposición de los derechos asertivos
de los demás en sus relaciones con nosotros.
Primer derecho asertivo.- Tenemos derecho a juzgar nuestro propio
comportamiento, nuestros pensamientos y nuestras emociones, y a ser
responsables de nuestras decisiones y sus consecuencias.
Reflexionemos:
- Si tomamos la decisión de ejercitar este derecho asertivo,
asumimos toda la responsabilidad de nuestra existencia y despojamos de esa
responsabilidad a los demás.
- Ejercitar este derecho nos otorga a cada uno de nosotros
un control tan grande de nuestros pensamientos, nuestros sentimientos y
nuestras acciones que tomar consciencia de ello puede abrumarnos, incluso no
aceptarlo, ni en nosotros ni en los otros.
- La persona no asertiva, como defensa, se resistirá siempre
a otorgar a los demás derechos asertivos y poderes para influir en sus
relaciones con ella, e intentará la manipulación para que la otra persona siga
siendo no asertiva.
Creencia que permite la manipulación de este derecho:
No somos quienes para juzgarnos a nosotros mismos. Debemos
ser juzgados por unas normas externas (religiosas, morales, culturales), según
determinados procedimientos, y por una autoridad más capaz y superior a nosotros.
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