En estos días de comienzo de curso, así como los primeros días
de un nuevo año son días en los que nos proponemos hacer nuevas cosas. Aparecen
un montón de propuestas que estamos seguros de realizar: iniciar una dieta
eficaz, comenzar un curso de idiomas, ir al gimnasio, etc. No nos damos cuenta
de que independientemente de las propuestas que nos hagamos, ya estamos
construyéndonos, que esas propuestas, en la mayoría de los casos, son deseos de
cambios de lo ya construido.
Queremos incluir en nosotros cosas nuevas sin hacer espacio
antes y, esto, nos puede llevar al abotargamiento. Esto lo hacemos porque no
nos miramos.
¿Qué quiero hacer de verdad?.
No hay comentarios:
Publicar un comentario