Cuando abordamos el crecimiento personal los cambios se van
realizando durante nuestra vida cotidiana sin que nos demos cuenta,
es una suma de pequeñas modificaciones, de las que un día tomamos consciencia. Ahora mismo,
posiblemente, estés cambiando.
Persistir en una conducta determinada es la que nos da
forma, lo que fortalece nuestra forma de ser. Esta conducta nos
acerca a nuestros deseos, algunos de esos deseos también son imperceptibles.
Tomamos consciencia de ellos cuando se hace realidad el cambio.
Observa con atención la reacción de las personas que te
rodean, si
ellas se comportan de otra manera, es muy posible que la causa sea tu cambio.
Cuando uno
cambia la otra persona cambia porque en realidad está tratando con una persona diferente.
Ser una persona diferente es la consecuencia de los cambios que se producen
cuando deseamos ser mejores personas. También parece imperceptible que seamos
otros, pero lo somos.
Por eso recordar una y otra vez las actuaciones de la
persona que éramos no tiene sentido. Hemos de hacer perceptible que
ya no somos el mismo. Que nuestros abrazos son nuevos abrazos, nuestras caricias
tiene un nuevo sabor, que nuestra mirada es limpia y que emanamos una vibración
más equilibrada de nuestra energía.
Ahora, reconócete y comienza un nuevo cambio.
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