La flexibilidad y la
rigidez.
Si nos proponemos crecer como personas tenemos que
eliminar nuestra rigidez. Entenderemos por rigidez la incapacidad de
adaptarnos a lo nuevo. Recuerda que el crecimiento personal se consigue asumiendo
nuevas formas de ser.
Tiene mucha importancia para nuestro trabajo dejar de ser rígidos
para convertirnos en personas flexibles. La rigidez alimenta a nuestro ego e impide que
entren en nosotros nuevos conocimientos. Eliminar en nosotros la sentencia
es una tarea a realizar ya. Aceptar que el otro puede llevar razón es abrir la
puerta a una mente sana, aceptar nuevas formas de pensamiento, nuevos paradigmas
y nuevas maneras de hacer las cosas.
Cuando usamos valores o formas de hacer las cosas del
pasado para vivir en el presente estamos limitando nuestra evolución.
Revisar las creencias es muy liberador. No adaptarse a lo nuevo, a la nueva forma de ver las cosas
produce dolor. No podemos mantener una idea sobre las cosas sin
cuestionarla, sin hacer una revisión desde nuestra posición actual.
La rigidez mental propicia siempre rechazo. Si
no te adaptas al mundo, éste te dará la espalda, comenzarás a vivir en tu ghetto
mental y te alejarás de las personas que te rodean. Es muy frustrante que el
mundo cambie y tú no.
La crítica se alimenta de la rigidez mental. Cuanto
más rígida es una persona más criticona se vuelve. Ya sabemos que criticar es
una manera de malgastar la energía.
No es posible ser feliz y ser rígido mentalmente. La
felicidad tiene su gran ingrediente en la adaptabilidad. Sal a la calle
sonriendo con una actitud de aceptación, te asegurarás un buen día.
No es compatible ser rígido mentalmente y a la vez optimista.
La rigidez generalmente viene como defensa de nuestro ego. Observa lo rígido
que te vuelves cuando defiendes “tus” posiciones.
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