Ahorrar energía
fortalece la conexión con el espíritu (ejercita y reflexiona).
Venimos diciendo que nuestra totalidad está constituida por
cuatro ámbitos: el físico, el mental, el energético y el espiritual. Parece que en el
ámbito espiritual se dan aspectos menos concretos, difuminados por la cultura
que nos envuelve y por definiciones que, de alguna manera, han pretendido
“apropiarse” de éste, como si el espíritu fuera algo separado de nosotros con
lo que se puede hacer mercadeo.
Por eso, a veces, nos parece que el espíritu está fuera de nosotros y lejos
de nosotros, que encontrarlo es una tarea difícil e inalcanzable.
Incluso buscar el espíritu para muchos puede resultar un acto baldío o de
locos. Vamos a intentar comprobar que eso no es así.
Antes de nada hagamos un pequeño ejercicio. Vamos a relajarnos
y a sentir en nosotros el espíritu. Relájate como ya sabes hacer y siente una
gran paz interior. Toma consciencia de lo que sientes para que puedas
recordarlo después. Ahora deja que tu consciencia se separe de lo que conoces, deja
de tener esa sensación de observarte, ábrete a lo que te circunda físicamente,
recuerda el masaje que damos a nuestra energía, siente el masaje y continua
alejándote, ahora estás en tu áurea. Deja que entre en ti el conocimiento, deja que el espíritu
te muestra tu verdadera totalidad.
Notarás que el espíritu es esa parte de nosotros que nos
conecta con lo universal, por eso decimos que el espíritu es el
dador de conocimiento. Notarás que para “avanzar” en la conexión con el
espíritu necesitas un estado específico de tu energía. Se trata de desarrollar
una actitud determinada que facilita el enfoque de tu energía más allá de lo
que conocemos como realidad ordinaria.
Muchas veces hemos dicho que los verdaderos avances sólo ocurren en el
ejercitar, por eso los grandes genios dicen que “la musa” siempre se
presenta cuando están trabajando. Ejercita lo que proponemos y deja que te
sorprenda “la musa”.
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