Buscar el espíritu da
sentido a la vida.
Una de las características de las personas resilientes es
que tienen una profunda creencia en que la vida tiene sentido.
El sentido de la vida lo hacemos nosotros. Cada uno de
nosotros dota a su vida de los ingredientes necesarios para conseguir los
objetivos propuestos. Muchas veces nos dejamos llevar por políticas,
intereses e ideologías que nos manipulan y enfocan nuestro sentido de la vida
hacia la consecución de los intereses de
otros, incluso llegamos a creer que eso es lo que más deseamos en la vida.
Estamos confundidos y totalmente alejados del conocimiento.
La búsqueda del espíritu es la búsqueda de lo esencial que
hay en nosotros. No está contaminada por el consumo, el poder o la
mezquindad. Por eso la búsqueda del espíritu nos hace fuertes, además de
dotarnos del conocimiento más profundo de lo que somos y de lo que realmente
deseamos.
No hay nada más poderoso que un estado equilibrado de
nuestra energía en el silencio interior. Es una conexión directa con
la búsqueda. El
espíritu no es la finalidad, la finalidad es el camino a recorrer.
Por eso el ejercitar es tan importante, porque el hacer va añadiendo pasos al
camino, a la experiencia de ser.
Otra de las cosas que ha resultado falsa es la creencia de que el espíritu mora
fuera de nosotros, en un espacio-tiempo inalcanzable. El espíritu es la
manifestación de un estado concreto de la energía, simplemente fluye en todo lo
que existe si la actitud es la adecuada. Nosotros (los humanos)
alcanzamos la actitud adecuada ejercitando el silencio interior, da igual que
lo hagas bajo la disciplina de la meditación, el yoga, el budismo o cualquier
otra técnica. Eso no importa nada, simplemente es un medio.
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