Algunas notas que
ayudan a encontrar el espíritu.
Cada uno de nosotros establece una relación única y
particularizada con el espíritu, de tal manera, que podríamos creer
que cada uno de nosotros tiene su propio espíritu.
Podemos ver el espíritu como un campo de energía que tiene
unos altos niveles de vibración. “Conectar” con el espíritu requiere
que alcancemos unos mínimos de vibración energética, que nos lleve a la pureza,
tomando como pureza, la ausencia de contaminantes emocionales o sentimentales,
que alteran nuestra energía creando agitaciones desgastantes. En estos estados
es imposible “conectar” con el espíritu.
No te puedes relacionar con el espíritu mediante la
palabra. La palabra es una cualidad propia del hombre. Con la
palabra creamos y destruimos cosas. El espíritu no crea ni destruye cosas, simplemente acepta
lo que es y toma un camino. El caminar modifica las cosas. Te
relacionas con el espíritu a través del sentir. Sintiendo y aceptando lo que
es. El sentir se
manifiesta como una acción creativa del hombre, aunque en realidad es una
información que regala el espíritu.
Al espíritu le gusta manifestarse en el silencio.
Si callas tus
pensamientos y contemplas alguna cosa sin juzgarla, ni someterla a examen, percibirás
la presencia del espíritu. Sentirás la conexión con todo lo que te
rodea, Es una sensación de plenitud sencilla. Descubrir la presencia del espíritu necesita
sencillez, no se manifiesta si esperas grandes cosas o
acontecimientos. A veces te da informaciones muy importantes que parecen
“encuentros” fortuitos y te das cuenta de su importancia más tarde, cuando ya
no hay ocasión de vanagloriarse por el hallazgo.
Si te relacionas con el espíritu asiduamente, y tienes en
cuenta lo expuesto, cambiará tu actitud. Estarás siempre predispuesto al encuentro y
aceptarás los acontecimientos sin lucha, sin oposición inútil.
Fluirás con la energía vital y estarás abierto a todo lo nuevo, al cambio
incesante del mundo. Esa será tu fuerza. Conseguir los objetivos se vuelve
fácil, ya que el objetivo más importante es ser consciente de “ser”, a partir
de aquí sólo es necesario dejarse llevar por el fluir de la energía vital.
A veces el espíritu no puede manifestarse porque echamos
sobre él cargas pesadas, agitaciones energéticas que enturbian el canal por el
que nos relacionamos, el espíritu necesita flujos de energía sin
agitaciones energéticas desgastantes. Si liberas tu energía de esas cargas tan pesadas e inútiles
te sorprenderá la facilidad con la que comienzas a alcanzar las cosas, todo se
vuelve fluido y alegre.
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