Ejercicios para la flexibilidad
física y energética.
Combinan
movimientos suaves del cuerpo con la relajación y la respiración.
Estos ejercicios mejoran la flexibilidad, la conciencia corporal y la
concentración. El organismo se llena de energía y ésta fluye por
el cuerpo aumentando nuestra vitalidad. Consiguen una relajación en
la que somos conscientes de nuestros movimientos, de nuestro interior
y del contacto con el entorno.
Es una
“gimnasia” energética que fortalece el cuerpo y la mente
distribuyendo de forma equilibrada la energía en nuestro cuerpo.
Se debe alcanzar una coordinación armoniosa de estos elementos:
movimientos, respiración y concentración de nuestra mente. La
respiración debe ser lenta, suave y profunda y nuestra mente debe
estar tranquila y centrarse en la práctica.
Respiración
Al respirar, tomamos chi y éste se
distribuye por el cuerpo. La respiración
debe ser tranquila y natural, ya que está influenciada por las
emociones y se ve afectada por las alteraciones importantes de los
estados de ánimo:
- Calmar la mente mediante una
respiración más o menos profunda; sin inspirar al máximo, para no
provocar tensiones innecesarias, será una inspiración que llene los
pulmones al 70 % de capacidad aproximadamente.
- Hacer la respiración predominante
abdominal y silenciosa para distribuir la energía desde el centro de
energía vital (plexo solar), lo cual mejora la concentración y
serenidad.
- En cuanto a la respiración en
movimiento debemos seguir la siguiente norma: cuando el cuerpo esta
recogido se exhala y al tomar aire se extiende el cuerpo.
Preparación
del cuerpo
El cuerpo debe estar relajado, esta
relajación se inicia en la mente, si la
mente está en paz el cuerpo estará relajado, equilibrado y ayudará
a la mente a concentrarse. Niveles en la preparación del
cuerpo:
1.
Identificamos el centro de equilibrio. Los pies
ligeramente separados, las rodillas flexionadas y la espalda erguida,
la cabeza levemente inclinada hacia delante, los ojos semicerrados,
los labios juntos sin presionar y la lengua tocando el paladar.
2. Relajar los
músculos y tendones dirigiendo la atención hacia ellos,
después relajamos los órganos internos. Si relajamos nuestro
interior podremos dirigir la energía y corregir sus desordenes.
Tenemos que ser capaces de sentir nuestro cuerpo, de conocerlo y
establecer un diálogo interior para eliminar los posibles obstáculos
internos a la circulación de energía.
3. Es
importante el concepto de enraizamiento, se refiere a la
conexión con la energía de la tierra. En
los movimientos, las piernas deben estar flexionadas y las plantas de
los pies bien "asentadas en el suelo". Debemos
bajar el centro de gravedad, así la energía vital se asienta en el
centro de energía de nuestro cuerpo y en los centros de energía
situados en las plantas de los pies y podremos desarrollar la raíz.
Esa raíz nos da estabilidad y nos anclamos al suelo firmes como un
gran árbol. A esto le vamos a llamar posición de relajación.
4.
Movimientos. Se busca un equilibrio entre el movimiento y
la quietud. Los movimientos lentos, la suavidad y la fluidez son
claves como contraposición a la rigidez y estancamiento de energía.
Si existe
tensión en nuestro cuerpo se bloquea el paso de energía, pero si
nuestros movimientos son suaves y estamos relajados la energía
fluye. El movimiento de nuestro cuerpo es lento para
acompasar a la inspiración y espiración que se hace profunda y
lenta, esto favorece un estado de concentración. La transición de
un paso a otro se realiza sin movimientos bruscos, todo sucede sin
prisas pero sin pausas.
Objetivo.
Expandir el “huevo luminoso” que
somos. Se trata de “masajear” la envoltura de energía que nos
circunda para que se mantenga equilibrada, para que no haya
aglomeraciones de energía por un lado y deficiencia por otro, sino
que esté bien repartida.
Para
introducirnos en estos ejercicios vamos, en un principio, a
combinarlos con ejercicios de respiración yogi. Haremos:
1. Ejercicio de respiración completa.
2. Ejercicio de respiración depurativa
3. Ejercicios para la flexibilidad.
4. Ejercicio de respiración “apoyados
en la pared”.
5. Ejercicio de respiración depurativa
Ejercicios
para la flexibilidad:
1. Elevar la
energía caída. En posición de relajación con los
brazos bajados juntar las manos con las palmas hacia arriba. La mano
izquierda sobre la mano derecha. Las manos quedarán situadas debajo
del plexo solar. Manteniendo el ritmo de respiración suave, subir
las manos hasta la posición de “sujetar el cielo”, nos paramos
un momento y con los brazos estirados, sin forzar, bajamos las manos
hasta la posición de firmes juntando nuevamente las manos. Este
ejercicio lo realizamos 3 veces.
Después bajamos las manos hasta el
suelo, juntando las manos a ras del suelo, intentando recoger la
energía y subirla hasta la posición de “sujetar el cielo”.
Repetir el ejercicio otras 3 veces.
2. Presión
lateral de la burbuja de energía. Posición de relajación
con las manos juntas y las palmas hacia arriba. Subir las manos hasta
situarlas debajo del mentón. Dar un paso lateral con la pierna
izquierda sin mover la pierna derecha. Estirar el brazo izquierdo con
la palma de la mano hacia fuera empujando suavemente la energía. El
cuerpo quedará inclinado hacia la izquierda. Después estiramos el
brazo derecho con la palma de la mano hacia fuera sin mover el
cuerpo. Una vez los dos brazos estirados, presionamos suavemente un
momento y retornamos lentamente a la posición inicial. Repetimos lo
mismo hacia el lado derecho. Volver a la situación de partida. Este
ejercicio lo hacemos 3 veces.
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