La flexibilidad
factor esencial de la resiliencia.
Dice Lao Tse: "En verdad ser rígido y duro es el
camino de la muerte. Y ser suave y flexible es el camino de la vida".
¿Cómo podemos hacernos flexibles?. Para que
nuestra resiliencia pueda desarrollarse con éxito hemos de hacernos flexibles de manera que eliminemos
nuestra rigidez física y mental para no quebrarnos y adaptarnos a las
circunstancias inevitables de la vida para no endurecernos en posiciones
inútiles. Para ello vamos a desarrollar flexibilidad en cada uno de
los elementos que constituyen nuestra totalidad: cuerpo físico, mental,
energético y espiritual (conocimiento).
La flexibilidad en nuestro cuerpo físico y energético la
alcanzaremos mediante la práctica de ejercicios de relajación, respiración y
los relacionados con el arte del Chi Kung (dominio o arte de la
energía). Los objetivos generales son: salud, buena forma física, longevidad y
cultivo de nuestras propias facultades. Son ejercicios energéticos que
fortalecen el cuerpo y la mente distribuyendo de forma equilibrada la energía
en nuestro cuerpo.
Veremos la flexibilidad cognitiva como la capacidad que
tenemos para detectar la ineficacia de nuestras conductas y la habilidad para
sustituirlas por otras más ajustadas a los requerimientos de nuestros valores
éticos. Intensificaremos la práctica del observador y la asunción
del cambio como nuevas oportunidades de crecimiento.
La flexibilidad mental, más que una habilidad o capacidad
para adaptarse a las circunstancias, es una forma de vivir que permite a las
personas adaptarse a las presiones y dificultades (gestión de las emociones). Una
mente abierta se mueve y es capaz de generar cambios constructivos que permitan
una mejor calidad de vida con capacidad de afrontar situaciones difíciles.
Una mentalidad rígida es más propensa a sufrir todo tipo de trastornos psicológicos y emocionales, se siente encerrada y condicionada por pensamientos circulares y su actitud y comportamiento afectará negativamente a su entorno, ya sea familiar, laboral o relacional.
Una mentalidad rígida es más propensa a sufrir todo tipo de trastornos psicológicos y emocionales, se siente encerrada y condicionada por pensamientos circulares y su actitud y comportamiento afectará negativamente a su entorno, ya sea familiar, laboral o relacional.
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