La consciencia es la que nos permite darnos cuenta de lo que
somos y de lo que hacemos. En general se puede definir como el conocimiento que
un ser tiene de sí mismo y de su entorno. Podríamos decir que la atención es el
mecanismo que soporta los procesos con los que adquirimos conocimiento, dándole
la continuidad necesaria mediante la concentración.
El conjunto de ejercicios que se propone en la pestaña “A tu
ritmo” hace que nuestra atención se “concentre” más en la observación de cómo
somos, que seamos más “conscientes” del estado en que se encuentra nuestro
cuerpo físico y nuestra conducta. Con estos ejercicios eliminamos, por un lado,
la “agitación” energética que nos mantiene estresados y, por otro, la
“agitación” energética que nos hace defender a nuestro ego a toda costa,
mediante la queja y la crítica.
Si al campo de energía que somos le quitamos la agitación
(normalmente estados emocionales desgastantes), entra en procesos de vibración
armónica. Ve las cosas con más distancia, se mantiene sereno y nos
permite mantener el nivel de vibración adecuado. Ya no estamos tan “nerviosos”
y nuestra consciencia puede enfocar “su atención” en aquellos elementos que
añaden valor a nuestra vida, en lugar de malgastar la energía en procesos destructivos
como son la queja y la crítica negativa.
Realizar con eficacia los ejercicios propuestos, permite
alcanzar un “nivel básico de vibración” desde el que establecer nuevas metas.
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