Si echamos la vista atrás, o a las personas que nos rodean, que
no hayan iniciado trabajos del tipo que nos ocupa, nos daremos cuenta de que
antes estábamos inmersos en la agitación energética.
Nuestro comportamiento se basaba en una defensa de nuestro
ego. Nos quejábamos con bastante frecuencia, creíamos que el mundo estaba en
contra nuestra. Aprovechábamos cualquier circunstancia para criticar al otro,
para decir que era peor que nosotros. Para defender a ultranza nuestras
opiniones, nuestra importancia personal. Para aparentar ser lo que sabíamos que
no éramos, y así, podríamos seguir con un montón de ejemplos.
Ahora miremos todo lo expuesto como un comportamiento. Casi
puede verse gráficamente que nuestra energía salta de un lugar a otro. Tan
pronto criticamos a una persona, como la alabamos, sin criterio, sin
fundamento. Igualmente nos pasa con muchas de las iniciativas, como las de adelgazamiento,
tan pronto nos hacemos adeptos, como detractores. No tenemos un enfoque del uso
correcto de nuestra energía, la gastamos en cualquier cosa.
Ahora observemos nuestro comportamiento después de haber
realizado los ejercicios de la pestaña “A tu ritmo”. Veremos que nos quejamos
menos, criticamos menos, escuchamos más. Ya no importa la defensa de nuestro
ego. Ahora estamos más relajados, nuestro cuerpo y nuestra mente están menos
estresados. Ahora nuestra energía vibra sobre un punto de equilibrio, el punto
dado por nuestro nuevo comportamiento.
Hacer que nuestra energía pase de un estado de agitación a
un estado de vibración depende de nuestra actitud ante la vida. Depende de
nosotros.
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