Hemos asumido la propuesta que se hizo en el taller 12,
sobre la necesidad de un cambio profundo, tanto en la sociedad, como en
nosotros mismos: “La esencia del comportamiento personal que nos proponemos
estaría basada en conseguir una estabilidad
meditativa combinada con un modelo de conducta basado en valores éticos”.
¿En qué se traduce la “estabilidad meditativa?. Hagamos una
reflexión sobre esta propuesta. Primero veamos que dice el diccionario sobre Estabilidad:
“Cualidad de una persona de ser constante o estable”.
Podríamos decir que la “estabilidad meditativa” se da cuando
mantenemos en el tiempo el estado que alcanzamos para meditar (equilibrio
físico, mental, energético y espiritual), de manera que ese estado esté presente
en nuestra interacción con el entorno. Si a esa forma de “estar” le sumamos una
conducta basada en valores éticos aceptados por la sociedad, estamos mostrando
una forma de ser, que ofrece al entorno en que se mueve una manera de vivir más
honesta, armónica y equilibrada.
Enumeremos los “recursos” necesarios para hacer una buena
meditación:
Ámbito físico. Para abordar la meditación es
necesario estar descansado, o lo que es lo mismo, disponer de “energía
sobrante”. Si no disponemos de energía suficiente nos dispersamos, nos dormimos
y notamos que nuestro cerebro no está a pleno rendimiento.
Ámbito mental. Alcanzar el silencio interior.
Quiere decir parar ese parloteo de los pensamientos que domina nuestra
atención.
Ámbito energético. Eliminar la agitación
energética que nos produce el estrés, ese nerviosismo que tanto nos altera.
Eliminar la ansiedad.
Ámbito espiritual. Mantener una atención
receptiva. Dejar que llegue el conocimiento.
A este conjunto de recursos, si los mantenemos en el tiempo,
le podemos llamar “estabilidad meditativa”.
La primera meta a alcanzar es, que cada uno de nosotros,
consiga el estado de meditación idóneo y su mantenimiento en el tiempo. Para
ello recuperaremos todas las herramientas que ya hemos tratado, de manera que
resulte conocido para los asistentes al taller y una nueva oportunidad para las
personas que quieran sumarse a esta propuesta mediante el blog.
Muy interesante esta entrada. Me ha llamado la atención en enfoque para conseguir "una estabilidad meditativa combinada con un modelo de conducta basado en valores éticos". Es un estado ideal, pero para lograrlo hay que tener bien controlados y con en gran equilibrio los ámbitos que mencionas; y no es tarea sencilla.
ResponderEliminarMuchas gracias Juan Antonio por tus comentarios.
EliminarNo, no es tarea sencilla. Pero si lo conseguimos es un cambio sólido que merece la pena intentar.
Voy a tratar de ir trabajando la estabilidad meditativa, por partes. Desconozco si se puede realizar por partes, es decir empezar por mejorar el ámbito físico, y cuando lo tenga más o menos controlado comenzar con otro ámbito. Por lo tanto salvo que me digas lo contrario voy durante un cierto tiempo mejorar el ámbito físico.
ResponderEliminarMe parece un buen comienzo. Cuando queremos alcanzar “cosas grandes” lo mejor es trocearlas e ir poco a poco. De hecho por ahí comenzamos en el taller de ayer.
EliminarGracias por tu participación.
como puede ser que aveces te sientas tremendamente feliz,creyendo que vas avanzando , y unas horas mas tarde te sientas apático ,sin ningún animo y muy triste?
ResponderEliminarLos pensamientos y las “percepciones” que tenemos de nuestro entorno “inician” un estado anímico, de ahí que te sientas feliz o triste de un momento para otro. La estabilidad pretende entre otras cosas “suavizar” o eliminar esos altibajos
EliminarBien lo dice Nagarjuna en sus Cinco estadios El yogui mientras permanece en la estabilización meditativa que es como una ilusión ( debe percibirlo) todo así.
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