Ejercicio tomado del libro “SOMOS
ENERGÍA o la otra vida que no vives”. Página 56.
Es el momento de recapitular las
“encrucijadas” que nos han traído hasta aquí. Se trata de recordar aquellos
momentos en los que nuestra vida ha tomado un camino en lugar de otro. ¿Por qué
esa decisión?. Esta recapitulación de nuestra toma de decisiones nos ayudará a
entender porque actuamos como lo hacemos y, a partir de aquí, podremos comenzar
a diseñar nuevas estrategias que nos permitan alcanzar lo que hasta ahora nos
parecía imposible.
¿Cuáles han sido encrucijadas
importantes en mi vida?: ámbito profesional.
Fecha
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¿Decisión
tomada?
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¿Quién
influye en la decisión?
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¿A
dónde me lleva?
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2000
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No
acepto una propuesta para formar parte del equipo del Director.
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El
miedo motivado por la creencia. No tenía titulo universitario. Llegué a
pensar que no sabría sacar adelante la nueva responsabilidad. No me atreví.
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A
quedar marginado, en el sentido en que no se me ofreció ningún ascenso desde
entonces.
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2002
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Cambiar
el tipo de actividad en mi empresa.
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Mi
importancia personal. El nuevo director me quitó responsabilidades.
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A
aceptar un cargo de Jefe de Calidad.
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2003
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Formarme
en Gestión y herramientas de calidad.
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Mi
ego. El director de Recursos Humanos consideraba que “calidad” no valía para
nada. Me empeño en demostrarle que sí es válida.
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A
diseñar un Sistema de Gestión para la Unidad de Negocio.
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2004
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Aceptar
mi traslado a la
Dirección General de Calidad de la empresa.
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Mi
voluntad. El Director General me solicita que desarrolle un proyecto
corporativo.
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A
ascender a Jefe de Gabinete de Sistemas de Gestión.
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2005
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Escribir
un libro que ayude a la implantación de sistemas de gestión.
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Mi
voluntad. Quería mostrar la dispersión de enfoques que se daba a nivel
corporativo.
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Se
publica el libro y paso a crear seminarios de gestión para directivos.
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2006
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Aceptar
un ERE.
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Valorar
la oportunidad. No interesa para la “Dirección Corporativa” asumir un sistema
de gestión con medidas apropiadas.
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A
plantearme un nuevo enfoque en mi vida.
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La decisión tomada en el año 2000 fue para mi
determinante. Si hubiera aceptado aquella propuesta mi vida hoy sería otra. No
se si mejor o peor, pero sería otra. Cuando recuerdo aquella decisión, he de
aceptar que fue una decisión intuitiva. Tengo el convencimiento de que he sido
“conducido” a la “toma” de todas mis decisiones y hay una cosa en común. Cuando
he sido conducido por estados emocionales donde la rabia, la ira, la violencia
o mi importancia personal eran predominantes, la decisión tomada nunca era
buena, siempre llevaba aparejada una agitación energética. Quedaban en mí
remordimientos y un gasto inútil de energía en lamentaciones. Cuando en mí
predominaba cierta quietud interior la decisión siempre era buena y tenía resultados
francamente buenos. Es como si la escucha de la intuición, el dejarte llevar
por el sentir de tu silencio interior, te acercara de manera automática a la
fuente de energía universal. Cómo decirlo, no creas tú la intención, sino que
la intención te crea a ti, si no lo impide tu ego. La decisión que tomé en 2003
de formarme bien en gestión y herramientas de calidad estaba tomada desde la
humildad, y soportada por una voluntad férrea, aunque el impulso primero
correspondiera al ego. El ego fue sustituido enseguida por la humildad.
Si has “encadenado” una serie de decisiones,
reflexiona sobre el momento en el que te encuentras ahora e identifica que tipo
de emoción envolvía la decisión tomada.
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