Donde estás ahora es donde te ha situado tu poder personal.
Sólo mirando
con claridad la situación en la que te encuentras podrás conocer qué tipo de
poder tienes y en qué se basa.
Podríamos decir que el poder personal se va creando
mediante la experiencia de nuestros comportamientos, la actitud que mostramos y
la importancia que damos a nuestro ego.
La acción de nuestro poder personal puede ir en cualquier
sentido, muchas veces actúa sin que nos demos cuenta. Las reacciones
que tenemos y sus consecuencias pueden darnos buena muestra de ello. A veces
tenemos reacciones que dañan a las personas cercanas a nosotros y nos excusamos
diciendo: “es que yo soy así”. Otras veces nos acobardamos y cedemos ante
presiones.
¿Quién evalúa el poder que tienes y si éste poder es sano o
no?. En
este camino del crecimiento personal todas y cada una de las personas que lo
abordan tienen el derecho y la obligación de detectar qué comportamientos son
los buenos para formar su poder personal.
Si aceptamos que el poder personal es nuestra capacidad para
tomar decisiones, mantenerlas en el tiempo o cambiarlas, podríamos iniciar una
forma de identificar qué clase de poder personal tenemos y qué podemos hacer
para mejorarlo.
Proponemos hacer una lista de decisiones tomadas en el
último año y propósitos planteados con “peso”. Entendiendo por “propósitos
con peso” aquellas cosas que nos hemos cuestionado con cierta seriedad como
aprender un idioma.
Decisión o
propósito
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Acción realizada
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¿He sido capaz?
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Enero 2014. Decido mejorar mi relación familiar.
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Escuchar más y mejor a mi familia cercana.
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Sí, mi relación ha mejorado.
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Enero 2014. Me propongo encontrar nuevas ingresos.
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Comienzo a ofertar servicios de ayuda personal.
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Conseguí algunos clientes pero no fui persistente.
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Marzo 2014. Decido formarme para escribir mejor.
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Contacto con ofertas de formación pero no me gusta
ninguna.
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No fui capaz de abordarlo con seriedad.
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¿Qué le falta a mi poder personal?.
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