Decíamos en la entrada: Más cosas de la clase 33: “que el
ejercicio de reconocernos nos da la información necesaria para abordar tareas
de crecimiento personal. Reconocerse es una actividad lenta, no se puede hacer
compulsivamente, sino dejando que el acto de reconocerse cale, se
haga consciente. Se trata de aceptar lo que somos, cómo somos, cómo nos comportamos y lo
que nos afecta”.
Dentro de lo que “nos afecta” cabe el estrés crónico. Por
definición, el
estrés es cualquier “experiencia emocional molesta que venga acompañada de
cambios bioquímicos, fisiológicos y conductuales predecibles.” Una
cantidad excesiva de estrés, o situaciones estresantes mantenidas en el tiempo
(lo que conduce al estrés crónico), puede tener consecuencias sobre la salud y
afectar adversamente el sistema inmunitario, cardiovascular,
neuroendocrino y nervioso central.
Por eso es muy importante identificar los “estresores
cotidianos” que producen o alimentan el estrés crónico. El estrés crónico vive camuflado en nosotros
y llegamos a pensar que la vida es así, pero eso no es cierto, el estrés
crónico puede matarnos o arruinar nuestra vida. Un ejemplo puede ser
no hablar con tu pareja aquello que te molesta y que cada día te distancia un
poco más.
Qué cosas nos pueden
llevar al estrés crónico:
- la pobreza,
- la disfunción familiar,
- la manifestación del ego sobre el otro,
- un matrimonio infeliz,
- un jefe prepotente,
- una situación de maltrato,
- una situación de acoso,
- sufrir la exigencia de otras personas,
- y otras muchas cosas más.
¿Padeces estrés crónico?. ¿Cuándo “alguna persona”, o una persona
concreta, te dice “algo” te pones nervioso, te irritas, te reprimes, quieres
huir, no quieres saber nada, etc. Si eso se repite estás incubando el estrés crónico?
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