Si quieres mejorar tu vida es probable que tengas que
cambiar algunas cosas de tu comportamiento. Es un error pensar que son los
demás los que tienen que cambiar. Además es necesario tener una predisposición
férrea. Esa actitud de cambio tiene que ser soportada por una planificación
factible. No hay milagros, sólo trabajo.
También puede ser un error plantearse objetivos poco
concretos y muy abiertos como: quiero ser feliz; tener una vida plena o ser una
persona impecable. Estas propuestas las podemos utilizar como una visión, como
una meta a largo plazo.
Alcanzar la visión: ser feliz, posiblemente conlleve
alcanzar algunos objetivos previos, como: eliminar el sentimiento de
culpabilidad; escuchar a mis amigos; diluir mi ego; tener seguridad; eliminar
las emociones que me dañan, etc.
Ya sabemos lo que queremos ser, lo que queremos alcanzar, lo
tenemos apuntado. Supongamos que hemos escrito: ser feliz. ¿Cómo alcanzamos esa
visión?. Para desarrollar el proceso que me llevará a ser feliz, tengo que
saber de qué dispongo y para eso me apoyaré en mi tarea anterior: “Cómo
enfrentarnos al análisis de nuestro pasado”.
Con los resultados de esta tarea puedo proponerme objetivos
que me llevarán a ser feliz. Cada día seré un poco más feliz si:
Objetivos de la tarea: analizar
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Hacer
planificación para alcanzar los objetivos:
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Identificar todas las emociones y estados de ánimo que nos
dañan.
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Eliminar las emociones y estados de ánimo que nos dañan.
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Conocer por qué actué así
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Pensar detenidamente antes de tomar decisiones.
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Qué hago de manera superflua o excesiva.
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No hacer nada superfluo o excesivo.
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¿Cómo actúo?.
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Corregir mi forma de actuar si lo necesito.
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¿Qué aspectos muestro de mis cuatro ámbitos?.
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Mostrarme de manera honesta en mis cuatro ámbitos.
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¿Qué hago en defensa de mi importancia personal?.
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Eliminar o reducir mi importancia personal.
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¿Cómo ando de disciplina?.
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Fortalecer mi disciplina.
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Para comprobar si los objetivos me ayudan a alcanzar la meta
me puedo preguntar:
Pregunta
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Respuesta.
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¿Si elimino las emociones y estados de ánimo que me dañan
seré más feliz?.
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¿Si tomo buenas decisiones seré más feliz?
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¿Si no hago nada superfluo o excesivo estaré más
equilibrado. ¿Esto me hará ser más feliz?
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¿Si mejoro mi forma de actuar y soy más comprensivo, seré
más feliz?.
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¿Mostrarme de manera honesta en mis cuatro ámbitos me hará
más feliz?
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¿Eliminar o reducir mi importancia personal, mi ego, me
hará más feliz?.
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¿Ser disciplinado me hará ser más feliz?.
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Reflexiona sobre estas preguntas. Si abordáramos todos los
objetivos a la vez es muy probable que no alcancemos ninguno. Eso nos pasaría
si nuestro objetivo fuera: ser más feliz. Pero hemos troceado el problema.
Vamos a ir siendo cada día más feliz.
¿Por donde empezamos?. Qué planificamos primero?.
Antes de seguir revisemos qué hemos hecho:
- ¿Has escrito lo que quieres ser o alcanzar?.
- ¿Has analizado qué te ha traído hasta aquí?.
- ¿Tienes la determinación para hacerlo?.
Muy buen apunte de la planificación como soporte de la actitud. ¡Lo importante que es en la vida, y en otros órdenes la planificación, el orden, el método!! Para alcanzar éxito, en la vida tanto a nivel personal, como profesional, la planificación es de vital importancia. De hecho, cada día se tiene en cuenta más la planificación a niveles: familiar, educativo, comercial, estratégico...
ResponderEliminarIgualmente a nivel personal, la planificación es fundamental y necesario, para lograr equilibrio, salud emocional y metas. Los objetivos que planteas para alcanzar la metas, definen de forma muy clara, los aspectos de mejora para gozar de una planificación madura y felicidad.
Hola Juan Antonio, agradezco mucho tus palabras. Eso me hace pensar que quizá vayamos por el buen camino.
EliminarUn abrazo.