martes, 12 de marzo de 2013

Cómo enfrentarnos al análisis de nuestro pasado.



En muchas ocasiones, cuando nos llega una imagen o un recuerdo que no es grato para nosotros, hacemos un gesto de expulsión del recuerdo o de la imagen. No queremos que se instale en nosotros, no queremos que nos haga daño, porque esa imagen, ese recuerdo nos hace daño físico, se coge a nuestro estómago y nos duele.

Algunas veces los pensamientos se despiertan con el dolor y comienzan a remover y reforzar aquello que nos daña, haciéndolo más fuerte, dándole nuevos significados, aumentando el sentimiento de culpabilidad, y eso no nos permite analizarlos adecuadamente, sólo se refuerza el estado anímico en el que nos sume. .

Podemos observar que los pensamientos se alían con la emoción para fortalecerse. Un ejercicio que nos puede ayudar es observar la emoción, el dolor que nos llena, sin juzgar nada, sin pensar nada. Sólo observar el dolor. Comprobaremos que a los pocos minutos el dolor se apacigua, se diluye y se va. Es posible que vuelva otro día, que vulva a hacernos daño, pero nosotros responderemos con la observación sin juzgar. En unos cuantos envites ganaremos la batalla.

Si mantenemos esta predisposición cuando abordamos una recapitulación de nuestra vida, podremos eliminar todas aquellas emociones que nos dañan y entonces ver “los sucesos” sin condicionantes, podremos tomar nota de las emociones que se han manifestado en esos momentos tan importantes para nosotros.

El objetivo del análisis de nuestros actos no está en contarnos historias alrededor de éstos, sino en identificar qué “estado emocional” se ha grabado en nosotros. Qué nivel de agitación energética nos produce.

Nos podemos apoyar en los siguientes ejercicios:
Ejercicio
Objetivo
Identificar todas las emociones y estados de ánimo que nos dañan.
Conocer por qué actué así.
Qué hago de manera superflua o excesiva.
¿Cómo actúo?.
¿Qué aspectos muestro de mis cuatro ámbitos?.
¿Qué hago en defensa de mi importancia personal?.
¿Cómo ando de disciplina?.

Realizar todos estos ejercicios nos dará la información suficiente para hacer una lista rigurosa de las emociones y estados anímicos que nos condicionan. Una vez hecha la lista, podemos planificar nuestro cambio. Seremos otra persona, tendremos una nueva forma de ser.  

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