Venimos haciendo bastantes trabajos con el observador.
Ahora, con los ejercicios del taller 7, seguro que habremos adquirido la
práctica necesaria para jugar al acecho.
Todo nuestro comportamiento obedece a la intención. En
nosotros, y en nuestro caso, vamos a fijarnos en dos aspectos de la intención
que todos llevamos encima: cubrir nuestras necesidades y defender nuestra
integridad.
Si reflexionamos sobre los resultados del ejercicio que se
propone en el taller 7, veremos que lo que mostramos, la apariencia que
adoptamos y el rol que desempeñamos tiene como finalidad alcanzar el propósito
de cubrir nuestras necesidades y defender nuestra integridad. Eso además no
puede ser de otra manera, está grabado a fuego en nosotros.
La cuestión está en el cómo. De qué manera nos comportamos
para alcanzar esa legítima intención sintiéndonos bien. Si aprovechamos el
ejemplo que ponemos en el taller 7: “Me muestro violento con frecuencia. Nadie
quiere trabajar conmigo”, y analizamos las causas de ese comportamiento,
podríamos descubrir que estamos defendiendo nuestro cargo, y que ese cargo es
el que me permite cubrir mis necesidades.
Cuando nos damos cuenta de que hemos de cambiar “nuestro
rol”, la manera de relacionarnos con el entorno más cercano, tenemos que
sustituir ese “rol” por otro más satisfactorio, como el de relajarnos para
controlar mejor nuestras emociones. Ahí entra de lleno el juego del
acecho.
Lo primero que hemos de hacer, para jugar bien a este juego,
es no tomarnos en serio.
No hay nada tan drástico ni trascendental que no puedas
mirar con una sonrisa. El desapego de
mirar todo con una sonrisa te da la sobriedad necesaria. Ahí, en el momento
de iniciar tu antiguo rol, puedes descubrir lo que el ego trama, y cambiarlo
por tu nuevo comportamiento. Se trata de cazar al ego cada vez que intenta
manejarte. Solo tienes que pararte un momento, observar lo que intenta sin
juzgarlo, reírte y, suavemente, retomar tu nuevo rol
Acechar nuestra conducta, nuestro comportamiento, es como el
juego del escondite. Pruébalo, veras que es divertido y reconfortante.
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