La aparente sensación de solidez, de ser una persona hecha y
derecha, es una ilusión. Algo inventado por cada uno de nosotros. En realidad
somos un campo de energía en constante cambio.
Lo que puede dar un enfoque de “permanencia” en la idea de
lo que somos, y en el desarrollo de la idea de lo que queremos ser, es la
actitud. La actitud preserva una de las constantes de nuestra vida, el ritmo,
la cadencia con la que nuestro campo de
energía se mueve. Todo lo que sea alterar ese ritmo tiene como resultado una
situación de estrés, y por tanto, la dispersión en el esfuerzo de ser lo que
queremos ser.
Para desarrollarnos como personas necesitamos tres puntos de
apoyo:
- Actitud, la predisposición a desarrollar un
comportamiento determinado.
- Claridad en lo que queremos ser. Determinar en qué valores éticos vamos a
desarrollar nuestra personalidad.
- Voluntad.
Poner a disposición de los dos puntos primeros nuestra energía, sin variarla
del enfoque asumido.
Los ejercicios: “Nivel básico de vibración” y “Nivel 1 devibración”, forman parte de la estrategia para desarrollar la “idea de lo que
queremos ser”.
La persona que haya hecho los ejercicios con regularidad,
puede comprobar que ya no es la misma persona que cuando comenzó los
ejercicios, y, además, puede percibir que lo único “consistente” en ella es su
actitud. Si se observa bien, notará en su pecho la energía que sustenta esa
actitud.
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