Si te miro, me veo detrás del ángulo de tu sombra,
tapado con aquel color que imitaba las pupilas de los
lagartos,
de todos los reptiles que se pavonean si te ven llegar.
Dicen que vas por delante del tiempo, marcando los cambios
de la tarde oscura.
Que llevas dudas, alardes de valentía, silencios vestidos de
miel.
Ya no necesitas la lluvia, ni la hora del alba, ni siquiera
mi torpeza.
Ahora te basta con ser yo.
No hay comentarios:
Publicar un comentario