Casi siempre que hablamos de alimentación nos referimos a
dietas, peso, alimentos específicos que nos gustan o restaurantes de los que
presumimos. Pocas veces, por no decir ninguna, hablamos de la alimentación como
el acto que equilibra nuestra disponibilidad de energía. La energía disponible
es la que nos permite abordar con éxito las tareas cotidianas y también
aquellas extras que nos proponemos. Una parte de la energía que gastamos en
nuestras actividades la reponemos mediante la alimentación.
Todos hemos comprobado que si no estamos bien alimentados
las cosas las hacemos peor, no rendimos como se espera de nosotros y apenas
podemos pensar con claridad. Igualmente nos pasa si comemos en exceso, no
hacemos bien la digestión, nos volvemos pesados y tampoco pensamos con la misma
claridad que cuando estamos equilibrados. Con falta de energía no podemos
afrontar las tareas en toda su extensión, con exceso de energía nos desbordamos
y no sabemos qué hacer o lo hacemos atropelladamente.
Comer lo que necesitamos tanto en calidad como en cantidad
nos da equilibrio. La digestión no se hace pesada y nuestra mente funciona sin
abotargamiento, nos encontramos como más lúcidos para pensar. El campo de
energía que somos se encuentra armónico.
Si vemos la alimentación como la ingestión de alimentos para
alcanzar o mantener la armonía en el campo de energía que somos, pierden
interés muchos de los aspectos que ahora nos llaman la atención como: la comida
rápida, salsas, grasas y otros ingredientes que hacen que la alimentación
moderna urbana sea a menudo muy desequilibrada y desestructurada, además ayuda
a tener una vida cada vez más sedentaria. Normalmente esto crea un bucle
donde el comportamiento conduce a un tipo de alimentación, y esa alimentación
refuerza a su vez el comportamiento.
Recordemos que también hay otras fuentes que nos proveen de
energía como: la respiración, el silencio interior, el ejercicio físico, tomar
el sol moderadamente o la relajación. De estas fuentes y de otras más
hablaremos más adelante.
En nuestro trabajo del último taller, pusimos la
alimentación como una herramienta para desarrollar el “campo de energía
humano”, el cuerpo físico. Destaquemos dos aspectos de la alimentación: qué
comemos; cómo lo comemos.
¿Cómo te alimentas tu?. En la pestaña “área de trabajo”
exponemos una reflexión sobre el qué y cómo comemos. En la pestaña “sobre los
ejercicios” proponemos tareas que se pueden hacer para enfocar la alimentación
desde el campo de energía que somos.
Hola Fabio. Muchas gracias por tus palabras y por la dirección que adjuntas. Me parece interesante que rememos en la misma dirección.
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