viernes, 8 de noviembre de 2013

Las reacciones y el desequilibrio energético.



Todas las relaciones que establecemos tienen un impacto en nuestro estado energético. Muchas de esas relaciones, aparentemente, pasan desapercibidas como comprar el pan o ceder el paso. En muchos casos estas relaciones también influyen en nuestro estado energético generando reacciones positivas o negativas. Vamos a considerar reacciones positivas aquellas que resultan gratificantes, como la sonrisa de la panadera, y negativas aquellas que “agitan” nuestro equilibrio energético, como ceder el paso a una persona prepotente, esas que si no te apartas te arrollan. Las relaciones prolongadas con una persona muy manipuladora pueden llevarnos a quedar bajo su control.

Puede llegar a ser bastante habitual encontrarnos con “relaciones” que producen en nosotros reacciones negativas (nos desequilibran) y esto no es bueno. Si no podemos cambiar a las personas cambiemos nuestra forma de reaccionar ante ellas, para ello examinemos las reacciones que tenemos con los demás. Intentemos responder a las siguientes preguntas:

- ¿Qué tipo de reacciones tienes en tu relación con  (nombre, se puede aprovechar el ejercicio anterior).
- ¿Permites que su conducta manipuladora te lleve a una reacción extrema (terminas por explotar)?.
- ¿Te pones a la defensiva y das excusas (inventas las respuestas para que rebaje su tono)?.
- ¿Te echas atrás y tratas de “escurrir el hombro o escaquearte”?.
- ¿Te sientes después enojado contigo mismo por tu comportamiento?.
- ¿Terminas refunfuñando de forma negativa?:
    - Estoy harto de que me trate así.
    - No quiero asistir a la reunión de esta tarde. Siempre hago el ridículo.
    - Es la última vez que cedo ante su chantaje.

¿Cómo respondes a las críticas?
   - ¿Te pones inmediatamente a la defensiva cuando recibes críticas?
   - ¿Te crees lo que dicen sin detenerte a analizar su validez?.

¿Tienes siempre una visión negativa?.
- Tu visión negativa no sólo te hará ver el lado negro de las cosas, sino que también hará aflorar los aspectos más negativos en los demás.

¿Te guardas tus sentimientos, sean buenos o malos?
   - ¿Te cuesta decir te quiero, o esto que haces no me gusta?.

Es mucho mejor pensar antes de reaccionar y aún mucho mejor si antes has elaborado una estrategia.

Nos hemos propuesto para la próxima semana los siguientes ejercicios:
- Expresar los sentimientos positivos. “Te quiero”.
- Expresar los sentimientos negativos. “No me gusta como me hablas”.
- Sentir respeto por uno mismo y por los demás.
La respuesta instintiva, aunque a menudo comprensible, no siempre es la mejor desde ninguna perspectiva.

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